Las aguas parece ser que van volviendo a su cauce. Después de la tempestad de Barajas, vuelve la calma y lo que parecía el holocausto definitivo no ha dejado de ser más que un capítulo lamentable en las relaciones laborales entre una empresa y sus trabajadores.
Me refiero a Iberia. Al final se han decidido a mover ficha y parece que todo vuelve a ser «normal». Siempre lo de normal hay que considerarlo como «habitual». En fin parece que están empezando a llegarse a acuerdos, al menos eso intentan hacer ver. Probablemente haya tranquilidad durante una larguísima temporada.
Según cuentan en los foros aeronaúticos, Iberia tiene intención de contratar más pilotos durante los próximos meses (¿os suena lo que ya dije?), dependiendo de la evolución económica de la compañía. Buenos propósitos y tal vez sanas intenciones y, aunque no lo concretan por escrito, es un buen punto de partida. Podeis verlo en Extracrew.
En cuanto a la negociación del convenio colectivo parece que las conversaciones han retomado un rumbo para alcanzar acuerdos. Total sólo llevaban diez años de «vacilaciones» (vaciles). Sueldos congelados, mantenimiento de puestos de trabajo, edad de jubilación, etc. Un montón de puntos que siempre son conflictivos y que al final lamentablemente se traducen en cifras, haciendo creer al usuario que sólo se luchaba por el dinero… De todos modos este tipo de actitudes están a la orden del día en las direcciones de empresa, aunque la repercusión pública de ellas sea muy inferior dado que su caracter es totalmente privado. Sin embargo el transporte aéreo es un Servicio Público que se privatizó y por tanto perdió el carácter de «obligatorio» para ser un trabajo como cualquier otro en el que las demandas laborales repercuten sobre millones de usuarios.
Ojalá no hubiera que demostrarle a nadie lo que se cuece entre despachos, entre sindicatos y empresas, entre trabajadores y empleadores. Ojalá que todo el mundo fuese capaz de dialogar sin recurrir a la presión, ni ser obligado a tomar medidas coactivas (siempre por las dos partes) y todo fuese acuerdo entre caballeros (damas también). Pero «bussiness is bussiness» o como dicen los hermanos de Catalunya (y en toda España) «la pela es la pela».
Yo siempre he estado convencido de que lo único que un trabajador puede «vender» a su empresa es su propio trabajo, que éste sea de calidad y que su aportación laboral rinda el mayor beneficio posible a la misma. La contraprestación económica debe de ser acorde a estos parámetros siempre. Pero cuando se negocia colectivamente la calidad individual se diluye para unificar criterios y contemplar todos los casos posibles.
En aviación falta un gran paso que dar y que ya se aplica en casi todos los ámbitos laborales: El sueldo variable en función de la valía. Seguramente habría sorpresas en cuanto a las diferencias salariales entre profesionales de la misma plantilla a la hora de realizar el mismo trabajo. Seguramente que me arrojarían al fuego todos aquellos que no cumplen adecuadamente con sus labores, incluso los que sí que lo hacen que son mayoría. Pero la envidia, nuestro principal defecto, haría que las rencillas socavaran la poca cohesión que existe entre los pilotos, aunque parezca que somos un colectivo muy unido. Vamos todos por libre, siempre, a nuestra bola y procurando salvarnos de todas las quemas posibles (hablo en general).
Así que bienvenido sea el nuevo convenio colectivo de Iberia y que quede todo el mundo satisfecho después de haber provocado no pocas molestias a la gente que no tenía la culpa de una «cabezonada» empresarial. Al final todo el mundo acaba reconociendo que ha habido una huelga que ¡nunca existió!.
Para mayor información la página de SEPLA pone un montón de artículos de prensa que recogen la información al respecto… Luego que nadie diga que no se había enterado de nada. ¡Será por artículos!
Raúl, ya dije que entre los que se dedican a volar siempre se dice que con un día de los de órdago, te has ganado el sueldo de todo un año. Pero apenas nadie sabe de qué se trata algo tan «pretencioso». Yo en broma nunca me preocupaba mucho de los nudos siempre y cuando estuviesen muy apretaditos y en línea recta con el eje de la pista. 😉
Lamia, tampoco hace falta que leas todo lo que vierto aquí. Hay cosas (tal vez todo) perfectamente prescindible. sin embargo me hace ilusión que seais tan fieles y tan «adictos». Además para que no te pase esto otra vez tienes que ir aunque sea a un PC city o similar.jeje
Hijo, cómo cundes… Unos días sin venir y ahora tengo tarea extra. Intentaré ponerme al día poco a poco. Sigo sin tiempo para nada…
Hola Carlos,
totalmente de acuerdo contigo en la necesidad de diferenciar, dentro de las diferentes actividades aeronáuticas, la categoría salarial del trabajador en función de su valía profesional, pero ¿quién realizaría esa clasificación? ¿Quén calificaría a los calificadores?…
Por cierto, días como el de ayer justifican sobradamente la tan cuestionada, desde la ignorancia, nómina de los pilotos… Qué gran oportunidad perdieron aquellos que critican sin conocimento de causa de disfrutar de cizalladuras en despegue, turbulencias pesadas y rachas de más de 40 kts en corta final y tomas ‘positivas’ que te hacen pensar en cómo serían entonces las ¿¿negativas?? y todo ello con un montón de gente ‘detrás’…
Y que conste que no soy piloto comercial… ¡¡¡ Ay, si la envidia fuera tiña… !!!
Un abrazo.