Una vez que a mi madre le he dedicado el anterior artículo, pienso que quedaría incompleto si sólo hiciera referencia a una madre en particular, la mía, que aunque mereciéndose todo y mucho más, no es la única que se merece ser destacada en un blog que ante todo desea reflejar sentimientos comunes y generales.
La palabra MADRE encierra demasiados conceptos que trascienden el simple hecho de ser quienes tienen la misión de engendrar y parir a sus crías. Como hembras han de afrontar su maternidad de manera física y siempre con el sacrificio personal para alumbrar un nuevo ser que luego se convierte en HIJO.
Una vez superado el concepto biológico de maternidad, entramos en todo un mundo de sentimientos y convertimos este hecho en la relación más especial que cualquier persona puede tener hacia otra. Y como sería imposible concretar en unas pocas líneas todo lo que podríamos interpretar de una madre, querría simplificarlo en una sola palabra cuyo significado es la esencia de lo que en realidad es una madre: AMOR.
Y como muchas de vosotras sois madres, quiero daros a todas las gracias por ello, por haber engendrado y parido a vuestros hijos, por darles todo vuestro amor y seguir haciendo posible que la vida sea siempre mejor con vuestra entrega y vuestro sacrificio. Y también con el permiso de todas vosotras querría hacer una dedicatoria muy especial a tres personas con blog, que también son madres y que por diversas razones ejercen su labor de madre con la fuerza y la alegría propias de todas las madres.
Con mi particular reconocimiento a:
– Lamia, una ninfa del bosque que busca el sol con el que calentar a su polluelo.
– Estrella, cuyo fulgor no sólo brilla durante la noche, sino que durante el día ilusiona a una estrellita que refulge con luz propia. Y por supuesto a
– La Mima, claro ejemplo de lo que una madre es capaz de transmitir con su sola compañía.
Y desde luego, a cada una de las madres que día a día luchais por sacar a vuestros hijos adelante con la fuerza que extraeis de vosotras mismas, y a la que los hombres nunca podremos llegar ni remotamente.
Aprovecho la ocasión para felicitar a mi madre, la mejor madre del mundo ;o)
y también a todas las otras madres y a las futuras, a aquellas que están intentándolo, mucho ánimo, que ser madre es el milagro más maravilloso que nos da la vida.
Besitos a todas!!!
La Mima , si hablamos de soles peruanos, al cambio actual, andan por esta equivalencia: 1 sol = o,251141853 €. Así que espero que te refieras a otro tipo de sol. 😉
Tu eres realmente la que realmente no tiene precio…
Estrella , es lógico que llegues tarde, porque aunque yo madrugue, ya no suelen quedar estrellas, y cuando tú sales yo ando ya revolviendo sábanas. Sin embargo no es lo inmediato lo que produce mejores efectos sino que cualquier tratamiento requiere su tiempo. De eso sabes muchísimo tú, así que reitero mi admiración por todas aquellas que os desdoblais para llegar a todo y encima teneis algo de tiempo para leer mis cosas… 🙂
JOOOOO…Llego tarde, como siempre últimamente 🙁
Pero me ha emocionado muchísimo esta mención especial, Carlos…asi es que..
Gracias!!!!!
Te ha salido un post muy bonito y cargado de sentimiento..asi es que gracias de nuevo!!
Eres un sol, de verdad.
Un millón de gracias por esto.
Con esa intención la hice y me alegro de haber acertado, Lamia. Imagino que el polluelo, que ya casi es un pichón, tal como están las cosas seguro que sigue un montón de años en el nido.
¡Cómo me ha gustado tu dedicatoria, Carlos! El polluelo es cada vez más pajarraco pero es verdad que sigo calentando el nido en espera de que adquiera la fuerza suficiente para volar solo.
Así me gusta Vito, que todos y cada uno colguemos en este mural un pequeño beso de amor y cariño hacia todas las madres. sin duda a las dos que nombras les haría ilusión verlo hecho público. Pero a veces es casi mejor que quede abierto al público en vez de «avergonzarles» diciendo estas cosas fuera de la intimidad del hogar familiar.
También me gustaría desde este blog felicitar a todas las madres, en especial a la mía y a mi mujer, que son unas madres maravillosas. Ellas probablemente tampoco leerán estas líneas, aunque desde aquí quiero reconocerlas su sacrificio, amor y dedicación hacia sus hijos. Gracias a las dos, os quiero.