El Imperio económico

 

 

Algo hay que interpretar para llegar a conocer el porqué de una crisis económica tan importante y brutal que está sometiendo a Europa, «la vieja Europa», a un descalabro sin precedentes en anteriores crisis económicas.

Ya no hay país, por muy importante que pudiera parecer, por muy solvente que aparentara su sistema financiero, que no esté sometido al imperio del dinero. España ha dilapidado su antiguo imperio, Francia ha perdido La Grandeur, El Reino Unido mantiene honoríficamente la Commonwealth, Alemania sigue recordando a los prusianos, de Grecia apenas quedan el Partenón y cuatro ruinas más, Italia tiene la suerte de que todos los caminos llevan a Roma… Antiguos Imperios venidos abajo que no tienen más remedio que «morir al palo».

Pero ¿cuál es el palo que les golpea?. El paro, la deuda externa, la falta de inversión, también la falta de recursos naturales y un larguísimo etcétera que nos ha llevado a todos a estar «pendientes de un hilo» y a punto de quebrar COMUNITARIAMENTE. El Euro está perdiendo la batalla, la burbuja de los BONOS BASURA estalló en la cara de todos, y entre todos se dejaron llevar por una alegría y un engaño global que duró lo mismo que una pompa de jabón.

Ambiciones desmedidas, inversiones a futuro, imposiciones al tercer mundo, y soberanía de la fuerza ante la pobreza más acuciante. Nos hicieron creer que eramos parte de los «privilegiados», que nuestros sistemas económico-políticos eran de los fuertes, que nuestro estado del bienestar sería eterno, y tantas promesas vacías que la mayoría acabó creyendo…

Nos toca ahora sufrir en carne propia la misma medicina que hemos prescrito a otros países, hemos de ser competitivos con las mismas necesidades que ellos tienen, nos toca trabajar más y en peores condiciones durante más años, vemos como nuestras propiedades terrenales no valen lo que pagamos por ellas en su día y ahora descubrimos amargamente que siendo omnívoros todavía somos incapaces de digerir ladrillo y cemento. Nos pudo la ambición o la ilusión, pero eso tampoco es en parte culpa nuestra del todo, sino de quienes nos han ido llevando inexorablemente a este estado de desesperanza y en muchos casos a la desesperación. Y vemos que poco más o menos ya somos carne de esclavo.

En fin, que lo que nos cuenta este Sicario Económico bien vale una meditación serena y resignada. No hay mal que cien años dure, ni la bonanza tampoco. Cuando lleguen de nuevo las vacas gordas saquemos menos leche de ellas o hagamos queso en conserva para la próxima generación. La nuestra está ya casi desahuciada.

Pulsa en este vídeo y piensa…

 

Acerca de Carlos

Expiloto de líneas Aéreas, aficionado a las artes: Pintura, Literatura, Música, Fotografía, con ganas de divulgar aquello que he vivido a lo largo de mi experiencia profesional y humana..

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