(galería del canal de alasdeplomo)
Este parque lineal, que recorre todo el cauce urbano del Canal Imperial de Aragón, constituye uno de los mejores paseos ciudadanos por los que huir del bullicio de una ciudad y adentrarse en la naturaleza de una forma cómoda y sin más pretensión que hacer un poco de ejrcicio disfrutando de un entorno privilegiado.
El agua que llega a Zaragoza, para ser posteriormente depurada, tiene tras de sí una larga historia de «visionarios» cuyo mérito consistió precisamente en vencer la propia oposición y la imcomprensión de lo que ello representaría para el futuro abastecimiento de agua de nuestra ciudad. El colofón a tanto esfuerzo se rubricó con la inauguración del mismo y con un monumento al que se le conoce como «Fuente de los Incrédulos«, para dejar constancia de lo que hubo que superar.
Ahora hay un gran proyecto «acabado» y pendiente de que los políticos se pongan de acuerdo en cuándo hay que darle el «visto Bueno» para que funcione a pleno rendimiento y, por fin, el agua de boca de la ciudad sea de calidad mediante el aporte hídrico procedente del embalse de La Loteta, subsidario del recrecimiento de Yesa.
Según mi entorno – expresión que usan los pseudo-periodistas de los programas de cotilleos- las pruebas que se realizaron ya el verano pasado fueron totalmente satisfactorias. El sistema funciona, el agua llega sin problemas hasta las puertas de la Planta Potabilizadora de Zaragoza, se almacena en los estanques que he fotografiado en la portada, y puede utilizarse ya para mejorar la calidad de nuestra agua. Pero -mi entorno- no conoce las razones exactas por las que desde hace tiempo no se aprovecha esta agua para la red urbana.
Sea como sea estos estanque hace años ya existían (servían para filtar y decantar de manera «primitiva» el agua que le suministraba el canal), ahora han sido remodelados, y su uso como almacenes debería estar compartido por un parque de ocio acuático en el que habría embarcaciones ligeras de remo. En la actualidad es la residencia de una pequeña colonia de patos, cuyas acrobáticas evoluciones son una delicia de observar. Salen del agua volando, saltan, se zambullen y picotean lo que buenamente se les quiera echar.
Independientemente del uso del agua para el que están destinados el parque sigue sin barcas. El edificio de la Empresa Estatal AquaEbro, aparece como esperando «algo» que no acaba de llegar. Ese algo debe de ser el permiso para abastecernos de agua limpia del Pirineo. Porque todo lo demás está listo para ser usado como se previó. Ojalá el papel firmado y rubricado llegue pronto y nosotros podamos disfrutar no sólo de un gran paseo, sino de toda el agua que lo ha posibilitado y que es el objetivo final de tan excepcional inversión, que de momento aparece como «papel mojado».
¡AGUA VA!
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Suco, lo que dices es muy cierto, sobre todo en Aragón. No sé por qué pero somos muy escépticos con todo, a la para que conformistas con la penuria. Solemos ser poco dados a grandes entusiasmos con lo novedoso, y sin embargo hoy por hoy deberíamos ser los que más apostáramos por la Innovación. en fin al final siempre es problema de dinero y de actitudes.
Cuantas veces habremos visto esta misma situación. Cosas que se construyen o hace, pero no sabe dios porque, tardan días, meses o incluso años en empezar a funcionar. Recuerdo un caso flagrante en Zaragoza donde después de haber construido una guardería con todo el equipamiento listo, resulta que no habían contratado a ningún personal.