El peso político de Aragón

Aragón, la tierra noble, mi tierra, está abandonada a su suerte, presa de la inedia económica forzada y forzosa a la que la están sometiendo las dotaciones presupuestarias de los últimos años.

Mientras tanto aquí seguimos siendo conformistas, sufridos y resignados a nuestra mala suerte (a la que siempre culpamos de nuestra falta de ambición real). Tenemos un presidente Autonómico que responde a la perfección a nuestra idiosincrasia, sencillo, conciliador, resignado y sobre todo leal a su patrón. Así que nada se le puede reprochar por ser «tan aragonés».

Pero, nos estamos quedando a la zaga de cualquier comunidad Autónoma (histórica o no) en cuanto a inversión Pública y sobre todo infraestructuras y medios de desarrollo socio-económico.

Los datos oficiales del INE (Instituto Nacional de Estadística), recogen anualmente infinidad de datos del Padrón de los ciudadanos, así que cualquiera puede tener acceso a ellos ya que por ley se reconoce como uno más de los derechos que tenemos.

Así que del total de la población española representamos un 2,88 %, con una densidad de población de 28,52 habitantes/km 2, y somos 1.345.473 habitantes. (Datos del 1 Enero 2009, ya que aún no han salido los del año que estamos empezando). Así que si nos fijamos en el resto de Autonomías somos muy pocos y con poco porcentaje de representatividad numérica.

Así que para crecer como región hacen falta dos cosas muy importantes:

– Un incremento de población significativo.

– Mayor defensa de nuestros intereses para posibilitarlo.

La creación de riqueza depende del esfuerzo y de la capacidad de hacer valer nuestros derechos. De nada sirve compararnos con el resto, ni culparles de nuestra dejadez. En Cataluña lo hacen muy bien y les admiro y envidio su forma de hacerse valorar. Aquí nos quedamos siempre en lamentaciones y no hacemos nada en positivo por cambiar tendencias.

Apoyo y aplaudo la candidatura Olímpica para los juegos de invierno de Zaragoza-Pirineos, pero la Expo demuestra lo que queda después de algo tan puntual. El turismo de Montaña es la gran alternativa nuestra para generar riqueza en el Alto Aragón. Pero para ello hacen falta infraestructuras tales como la Permeabilización del Pirineo y su apertura hacia Francia. El eje Norte Sur queda cortado en Huesca. El Canfranc permitiría distribuir el tráfico ferroviario de mercancías por el sitio natural de paso más directo hacia Europa del Norte y central…

Pero… nada de eso se puede hacer sin dinero y sin voluntad política. Tampoco Teruel (que parece que Existe) debe quedar fuera de proyectos más ambiciosos de creación de riqueza. ¡ Basta de que los turolenses sean la mano de obra de Valencia o Zaragoza!. Desaparecida la minería en la comarca de las Cuencas mineras, habrá que dotarles de industria y/o de alternativas viables acordes con sus características. Con un montón de casas rurales en las maravillosas zonas que constituyen toda la provincia, no es suficiente para mantener al resto de la escasísima población residual que ha quedado. Los dinosaurios tienen su clientela, sin duda, pero tampoco generan mucha cola para visitar Dinópolis.

Qué decir de Huesca, cuyos recursos hidraúlicos están en manos de empresas de generación de energía eléctrica. Embalses que generan millones de wattios (cada vez más caros) pero cuyos beneficios parecen viajar por las mismas conducciones eléctricas que los voltios. Mientras tanto la Hoya sobrevive milagrosamente – no se sabe muy bien- de qué manera.

Zaragoza es la excepción a este desastre en la distribución de población, o en parte  la responsable del mismo. La capital reúne aproximadamente a la mitad de los habitantes de todo Aragón. Así que aparenta ser más de lo que en realidad es. Una ciudad en mitad de un semidesierto, regada por un gran río que deja pasar el agua besando el muro del Pilar. Una ciudad amable y abierta, que atrae a la mayor parte del turismo itinerante gracias a la Virgen del Pilar y su Basílica. (Ahora quieren quitar el Angelus).

Bueno, Aragón es y tiene lo que pide, o sea poco. Ahora veamos la tendencia próxima para evitar la descolonización que nos afecta tanto como que, si no lo remediamos,  acabaremos siendo nada, si es que aún somos algo…

– Inversiones Estatales en Aragón ( -11,42 %).

– Reapertura del Canfranc (a Francia ahora ya no le apetece)

– Nuevas infraestructuras (algunas ya en marcha que quedarán frenadas)

– Grandes industrias (como la GM incierto futuro)

Y todo ello sin que se nos oiga ni en Madrid, ni en la Plaza de España de Zaragoza. ¿Estamos tontos «uqué»?