Veo que las anécdotas aeronaúticas suelen ser de vuestro agrado. Imagino que, salvo los profesionales, muchas de ellas pueden resultar interesantes desde el punto de vista de cualquiera que haya tenido que viajar en avión. O simplemente como curiosidad sobre algo que apenas tiene difusión salvo en los «mentideros» y foros especializados (léase Barra del Bar).
En general siempre he definido la aviación como una gran «PELUQUERIA» no por desmerecer a los «estilistas» y sus establecimientos, sino en el sentido de que ahí es donde se suelen contar casi todos los chascarrillos diarios de los clientes. En el caso de los pilotos y personal de vuelo en general, estas anécdotas apenas salen del entorno próximo a ellos, primero porque hay cosas que no se «deben» contar, y segundo porque vivimos en una situación de «itinerancia» y provisionalidad tan grande que enseguida quedan relegadas en el olvido, sustituidas por las últimas novedades que van sucediendo día a día.
Por ello se me ocurrió incluir mis anécdotas en el blog, para hacer un poco más próxima y humana una actividad enormemente desconocida por la gran mayoría de gente buena, que sólo ve en los periódicos el lado malo que le presentan «tendenciosamente» las compañías y autoridades aeronaúticas en cuanto hay un accidente o se plantea una huelga.
Por otra parte hay quienes, como en el parchís comen una y cuentan veinte, exageran sus virtudes o sus acciones para darle mayor teatralidad a sus vivencias. Estos «fantasmas» son inevitables en cualquier ámbito, así que siempre procuro ser objetivo en cuanto a los hechos y subjetivo en cuanto a la narración, intentando no mostrar más que la realidad tamizada por mi propia experiencia.
Agradezco vuestros comentarios y seguiré por este camino mientras tenga algo que contar. Gracias por leerlo.
He cambiado la fecha del bloggellón:
http://camyna.com/2007/10/31/cambio-de-fecha-del-9%c2%ba-bloggellon/