Desde que se arreglaron las márgenes del Canal Imperial, haciendo un paseo magnífico, andando o en bicicleta, se puede disfrutar de la tranquilidad de su cauce lento y de los árboles que jalonan sus orillas.
El parque del canal constituye un remanso de paz en el que el vuelo corto de los patos en los estanques, o su inagotable y pausada navegación sobre el cauce, han sido rotos repentinamente por la aparición de un inmenso surtidor en medio de los nuevos estanques que se construyeron frente a la potabilizadora de aguas de Zaragoza.
Aparte de la funcionalidad de estos surtidores, para movilizar y oxigenar el agua retenida, la belleza del chorro de agua, subiendo hacia el cielo y cayendo pulverizada de nuevo hacia el estanque, hace que disparar unas fotos sea casi una necesidad. (podeis verlas aquí)
Algunos zaragozanos seguramente no os habíais enterado de su puesta en funcionamiento, ya que no hay ninguna aglomeración en este relativamente nuevo parque, otros ni siquiera tendrán intención de caminar oyendo tan solo el gorgeo de los pájaros.
Por eso y porque merece la pena visitarlo espero que con estas sencillas fotos de un chorro de agua que alcanza unos 30 m. de altura, os anime a daros una vuelta por el lugar. A los que vivís lejos de esta ciudad, al menos llevaros la visión de una novedad cuya sencillez está acorde con la paz que se respira al contemplarlo.