(autor foto: La Sanso de flickr)
Muchos consejos, muchas estrategias, demasiadas caretas para frontar con seriedad una entrevista de trabajo.
Hay tanta bibliografía al respecto que sólo voy a añadir este enlace de cualquiera de las miles que podeis encontrar, todas igualmente recomendables y enfocadas desde un punto de vista práctico. Pero…
Cuando una persona intenta vender su producto, su curriculum y su personalidad, debe ante todo ser sincero. Lo mejor siempre es ponerse en el lado contrario y preguntarse ¿qué pediría yo si tuviera que seleccionar a una persona?.
En esas estoy y cada conversación que tengo me sugiere nuevos enfoques, nuevas ideas y por qué no decirlo, nuevas dudas. No se puede saber de antemano cómo es una persona leyendo un C.V., ni siquiera en un cara a cara puedes pretender algo más que intuir determinados aspectos, muy subjetivos, de lo que esa persona puede llegar a ofrecer.
Pero lo que si descubres inmediatamente es la ilusión por desarrollar ese trabajo. No basta con ser un gran profesional, ni siquiera ser el mejor en tu especialidad, sino que lo que realmente es importante es que esa formación pevia estés decidido a compartirla en beneficio de la empresa o persona que busca a quien contratar. Ese beneficio a la larga es mutuo, porque de lo que se trata sencillamente es de saber vendernos unos a otros.
No hace falta casi nada para destacar sobre el resto, sencillamente hay que ser uno mismo. Hablar con sinceridad, aportar ideas, transmitir ilusión, generar simpatía, demostrar serenidad,etc. son las partes que han de sobresalir respecto al resto de candidatos. Hay que ser consciente de que una vez llamado a una entrevista es porque de entrada tu formación es suficiente y adecuada al puesto que se pretende cubrir. Así que la valía ya se da por supuesta. El resto es más cosa de sensaciones, de «feeling», y dependerá de la persona con la que tengas que hablar. Seguramente con una personalidad distinta e inigualable, por lo que nunca se debería acudir con conceptos fijos o normas inamovibles. Hay que adapatarse a la conversación de manera natural, sin forzar el diálogo en el sentido que nos apetezca. Hablando se entiende la gente y cada entrevistador es un mundo así que las ideas preconcebidas no funcionarán con todos por igual.
En fin, que a los que estamos en la tarea de buscar un trabajo o de buscar un trabajador, sencillamente les recomendaría que pensaran en una sola cosa: ¡Voy a ser sincero!.