Como era de suponer ya ha llegado la especulación a los pueblos de los Monegros.
Conste que me alegro de que sus habitantes puedan finalmente resarcirse de tantos años de esfuerzo y dedicación a unas tierras inhóspitas y poco o nada productivas.Ahora sólo tienen que sentarse en su casa, cerca del teléfono, y esperar ofertas de compra por parte de los interesados en participar del negocio. Mucho mejor que esperar a ver si llueve un poco para poder sembrar.
De todos modos las nubes de dinero son tan caprichosas como las nubes que de vez en cuando les regalan un poco de su agua. El cielo monegrino está ya dando indicios de nubosidad variable, con vientos flojos del noroeste y con probabilidad moderada de lluvia débil en ciertas zonas. Las previsiones a medio plazo son de que la nubosidad aumente progresivamente dando lugar a nubes de «desarrollo» con riesgos de tormentas moderadamente fuertes en puntos dispersos de la zona. Protección civil advierte del riesgo de fuerte tormenta en un punto concreto todavía por determinar, recomendando a la población que se prepare para afrontar el «aluvión» de billetes con serenidad y precaución.
De momento los billetes se están concentrando en pequeños núcleos aislados que probablemente pasen de largo sin dejar caer ni uno solo de ellos en la mayoría de terrenos necesitados de inversión. Así que la DGA está adelantándose a los acontecimientos desarrollando un proyecto de ley para que «por decreto» se rieguen todos los Monegros con la lluvia que caerá en un determinado punto. De paso podrían dictar un decreto ley para que en todas las lomas y «muelas» de la zona, cayera nieve en lugar de billetes, dando así posibilidad de esquiar en pleno desierto. También podrían exigir que, dada la gran extensión de arena calcárea presente en la zona, ésta pudiera utilizarse como zona de playa acercando un poco más la orilla del Mare Nostrum hacia Bujaraloz o Sariñena, evitando con ello desplazamientos innecesarios hasta Salou. Los aragoneses podríamos reducir el tráfico vacacional reduciendo el número de accidentes de carretera, ahorraríamos un montón de gasolina y estaríamos contribuyendo a la lucha contra el calentamiento global. ¿A que son buenas ideas?. Pues manos a la obra.
La solidaridad política encierra estas paradojas incomprensibles para el resto de los mortales. A mi modesto entender, los «beneficios» generados mediante impuestos a los negocios que surgirán con Gran Scala, pueden ser «reinvertidos» integramente en la zona, sin necesidad de establecer leyes adicionales. Si hasta ahora habíamos ignorado a los monegros y sus gentes, estamos en deuda con ellos. Pero esta deuda podemos saldarla mediante la creación de alternativas de vida en la zona, llevando agua con la que regar, mejorando todas las infraestructuras necesarias de forma coherente, dotándoles de medios sanitarios, veterinarios, industriales o de comunicación. Podemos, en definitiva, intentar ser «justos» con la redistribución de la nueva riqueza que se genere en la comarca. Pero hacerlo por decreto no me parece el medio adecuado para conseguirlo.
Pero cautela y calma, yo le diría a la gente de los Monegros que simbren por si acaso, no sea que ésta vaya a ser la versión surrealista de «Bienvenido Mister Marsall». Un saludo