«El presupuesto debe equilibrarse, el Tesoro debe ser reaprovisionado, la deuda pública debe ser disminuida, la arrogancia de los cargos públicos debe ser moderada y controlada, sus sueldos revisados a la baja, se ha de redistribuir la riqueza de las cajas públicas entre los verdaderamente necesitados, diferenciando necesitados y ociosos por placer, porque la gente debe aprender nuevamente a trabajar, en lugar de vivir a costa del Estado.» y la ayuda a otros países debe eliminarse para que Roma no vaya a la bancarrota”
(Cicerón, Año 55 antes de Cristo)
Angel, pero no me negarás que lo de Cicerón no era un mal augurio. Y el imperio romano tampoco pervivió como tal y acabó destruido más desde dentro que desde fuera…
La economia y el sentido común. La pena es que llega solamente con las vacas flacas y no a lo largo de la vida. Gastamos en fiestas lo que no tenemos y el resto del año a tomar el sol. ¿Quién controla a los gastos que aprueban los políticos? ¿Por qué los delitos económicos son tan difíciles de juzgar, digo juzgar y no condenar- y en caso de condena no hay manera de recobrar un duro?.
En cualquier profesión: piloto, arquitecto, ingenier, médioc, etc. existen reglamentos, procedimientos, etc. y si ocurre alguna desgracia aunque sea fortuita, hay un juicio y alguien comparece ente el juez. ¿Conoceis algún eonomista juzgado por hundir algún país? Quizás en tiempos de Cicerón no existía ni siquiera la palabra economista.
Alcione, muchos amigos me mandan de vez en cuando algo tan importante como este pensamiento de Cicerón. Por eso digo siempre que los que realmente sois importantes en este blog sois los que lo visitais, o dais sugerencias. 😉
Muy bueno Carlos, este ha sido genial. Te sales.
Ya ves Ricardo, como siempre ha habido gente a la que le animaba algo más que su interés particular, y que señalaba los males de un mal gobierno. Pero también han existido los malos gobiernos y sus peores gobernantes. Nada nuevo bajo el Cielo Aéreo… 😉
Muy bueno Carlos, es exactamente lo que podria decir cualquier politico en la oposicion al gobierno en pleno sXXI. Los ciclos de la historia y la inmutabilidad del hombre que no evoluciona en absoluto, antes bien en el mejor de los casos simplemente se estanca en su necedad y errores.