Fábula: “Adiós, maese”

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No hay mal que cien años dure y en las empresas todavía menos. Mi voz había ido llegando en boca del maese, más alta y más nítida de lo que yo mismo había imaginado. Tanto fué así que ya empezaba a resultar más molesto que cuando hablaba a la dirección directamente. Así que lógicamente se tenían que defender de semejante amenaza.Nunca han sido bien recibidos los “voceros” en ninguna parte. Bien al contrario de los juglares que cantan las gestas de sus señores al gusto de ellos.Así pues me ví reflejado en la redacción del III convenio colectivo de Air Nostrum que se firmó en Junio del 2003. Obviamente no ponía mi nombre pero si habeis leido las anteriores fábulas entendereis a quien se refería el Artículo 8.3 (Cap. VIII) que hace referencia a las faltas leves:convenio.jpgEl texto lo he recortado directamente del ejemplar que poseo, así que aparece tal cual se redactó.Sólo me restaba pues plegar los bártulos y despedirme del maese, ya que había vuelto a toparme con la Inquisición.Esta fué la última de la serie y pienso que refleja claramente el sentimiento de soledad con el que se acompaña aquél a quien le gusta llamar al pan, Pan, y al vino, Vino.

Deseo que os hayan gustado , si no todas al menos una o algún párrafo de alguna. Las circunstancias cambian e incluso nuestra visión posterior de las cosas aparece modulada por nuevas experiencias y nuevas impresiones. Por ello escribir sobre un papel, o como ahora en un blog, siempre deja una traza indeleble de cómo se aprecian las cosas en un momento determinado. Tal vez ahora lo habría expresado de otro modo. Pero eso es… ahora. Y mañana , Dios dirá.

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