Ayer el amigo Diego de Rivas me lanzaba el guante para conocer mi opinión sobre un tema que dará mucho que hablar: Viajar al Espacio. Se preguntaba también qué ocurriría si el fuego se produjera en una nave espacial de las que se están desarrollando para hacer turismo de «altura».
Respecto a lo del fuego habría que considerar muchísimos aspectos que supongo los ingenieros de estos artefactos han tenido en cuenta. Lo primero que se me ha ocurrido es a la altitud en la que se pudiera producir. Puesto que el fuego necesita siempre de tres componentes para desarrollarse: Combustible, comburente y energía de inicio, basta con eliminar cualquiera de ellas para que el fuego no aparezca o deje de existir. Me explico.
Cualquier bombero o personal que haya realizado algún cursillo sobre cómo combatir un fuego habrá oído hablar del «triángulo del fuego». En él se basa toda una filosofía de actuación contraincendios basada en la eliminación de uno de los tres lados del triángulo. Puesto que cualquier tipo de vehículo tiene combustible, y si hay fuego el «activador» ya ha hecho su función, sólo queda ya eliminar el COMBURENTE. En nuestro planeta el comburente es siempre el aire en cuya composición hay un alto porcentaje de oxígeno, gas responsable no sólo de la vida sino de propiciar la combustión.
En las condiciones físicas y químicas que estamos acostumbrados a desarrollar nuestra vida, la forma de apagar un fuego se basa siempre en la eliminación de aire en el foco de las llamas. El agua además de formar una película «aislante» del O2 , permite enfríar la zona haciendo que el resto de combustible no pueda comenzar a arder por falta de energía de activación. Así mismo cualquier artificio que utilicemos para «envolver» el fuego dentro de una «cápsula» anaerobia, hará que el fuego se extinga por falta de oxígeno. Una manta, arena o el polvo de un extintor, realizan esta función con un grado creciente de efectividad.
Los famosos extintores de Halón (de uso restringido por actuar contra la capa de ozono), funcionan básicamente del mismo modo, aunque en este caso lo que hacen es «reemplazar» el oxígeno del aire por una mezcla de gases más pesados que él (convertidos en radicales e iones) e inhibiendo la reacción en cadena. Por ello están contraindicados para apagar fuego aplicándolos directamente sobre una persona, porque podría morir por «asfixia» al quedarse sin aire que respirar.
A lo que íbamos, ¿cómo apagar un fuego en una nave espacial?. Supongo que con la pequeña introducción que os he hecho ya lo habeis adivinado: Abriendo las escotillas.
Es la forma más rápida que tienen a su alcance, aislarse del ambiente mediante sus trajes presurizados y con oxígeno, abrir la escotilla y dejar que el recinto quede sin oxígeno. Tan fácil como eso. Sin embargo si la nave se encuentra ya dentro de la atmósfera estamos ante un caso de fuego en un avión (1ªparte y 2ªparte) y no en una nave espacial.
Como no soy ningún «experto», ni siquiera pequeño conocedor de ingeniería aeroespacial, invito, a un posible lector con mayores conocimientos, a que amplíe o modifique adecuadamente estos humildes párrafos. La verdad nos hará libres.
Gabriel.gracias por avisarme de la errata motivada porque tengo un amigo al que corresponde dicho nombre. Espero asistir una vez más a tu bloggellón.
Daniel de Rivas, Diego de Rivas, cuantos hermanos, no?
jeje ¿nos vemos en el bloggellón X?
Viajar al espacio, no está dentro de mis prioridades mas inminentes, primera razón, que no tengo los doscientos mil que hacen falta, segunda razón, que no me motiva demasiado, me conformo con viajar en avión, cuando puedo. Por lo demás tu artículo tan interesante como siempre. Un saludo
Carlos, amigo, gracias por el enlace, por coger el guante y por tus explicaciones. Sin duda muy valiosas que me ayudan a entender el mundo de la seguridad en los vuelos, también en el espacio. Ahora, a ver quién se anima a ampliar tu información.
Un abrazo,