Si os he puesto este video que me mandó un alumno, es como ilustración del peligro que supone el uso o manipulación de algunos compuestos químicos, y que hay sustancias capaces incluso de arder sin llama.
Una de las grandes desconocidas en el mundo aeronaútico es la Reglamentación para el transporte seguro por vía aérea de mercancías peligrosas.
La legislación al respecto es de una importancia trascendental para no provocar riesgos añadidos a una operación aérea, por el hecho de transportar determinados productos, y garantizar la SEGURIDAD plenamente.
Para ello se aplica la normativa internacional que emana de OACI en su Anexo 18. En la Unión Europea se adoptan las mismas y se incluyen en la Subparte R de las EU OPS. Y cada Estado tiene la facultad de regular (restringiendo más si lo considera) y adaptar dichas normas a su legislación proia.
La manera más cómoda para no dejarse ningún cabo suelto a la hora de ceptar una mercancía de este tipo es siguiendo punto por punto el Manual que anualmente edita y publica IATA. Es la guía más completa y restrictiva que existe, y que además es de obligado cumplimiento para todas las compañías que pertenecen a esta Asociación.
Profundizar en dicho manual requiere ante todo de una buena formación previa, y posteriormente de una extraordinaria minuciosidad a la hora de comprobar que un paquete cumple con todas normas establecidas en cuanto a cantidad, características, embalaje y etiquetado.
Y es que a la hora de viajar nos encontramos con un montón de sustancias de uso personal que no pueden ir en el equipaje de mano o ni siquiera facturado, sin saber que no es un capricho de los legisladores, ni mucho menos de los pilotos o TCP’s. Cuando veais los carteles de lo que no está permitido llevar, pensad siempre que es exclusivamente una cuestión de seguridad y que todo está escrito. Y si no se dan demasiadas explicaciones del porqué es unicamente para no dar ideas a los «tarados» que pretenderían causaros daño dentro de un avión.
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