En tiempos de crisis, hay que buscar, rebuscar, y reflexionar mucho antes de dejarte llevar por el primer resplandor de un destello.
Las luces y el ruido, suelen servir para desviar la atención de lo que en realidad hay detrás de algo tan bello: «pólvora».
Estoy viviendo una serie de encuentros, de nuevos proyectos y de consultas que de momento no han hecho más que formarme en materias muy diversas. Pero mi forma de ser precavido hacen que no me deje influenciar por determinados artificios.
Nunca es oro todo lo que reluce, y ahora hay más de una oferta laboral muy tentadora… ¿Cuántos spam os llegan ofreciendo no sólo oro, también el moro?. Mucho ojo con ellas. Ni siquiera con las que vosotros mismos habeis descubierto en una labor de búsqueda febril. Los oasis no existen ni siquiera en tiempos de bonanza, casi siempre son espejismos. Mucho menos ahora donde los «carroñeros» se centran en aprovechar la miseria humana y las necesidades ajenas.
Buscar trabajo es algo muy serio. Montar una empresa todavía más. Así que los fuegos artificiales dejémoslos para celebrar las festividades y centrémonos en cosas serias.
Como siempre el refranero, tan sabio, nos lo recuerda a todos:
– No hay duros a cuatro pesetas.
– Nadie ata los perros con longanizas.
Y al que le gusten los fuegos artificiales que consulte la página de la Pirotecnia Zaragozana, ahí sí que venden ilusiones, en forma de luz y sonido, maravillosas.
Raul, la otra alternativa tampoco es muy edificante: ser efectivamente TONTO 🙂
«El medio más fácil para ser engañado es creerse más listo que los demás…»
A buen entendedor…
Salu2.