Homenaje gastronómico

(fuente foto)

Después de haber sufrido la ensalada «al vacío» con tenedor plegable, la hamburguesa indescriptible que me decidió a no probarla nunca más mientras dure la Expo, y las largas colas para tomarte unas raciones en cualquiera de los chiringuitos de los que hay tanto en las autonomías como los Fast Food que se multiplican a lo largo y ancho del recinto, ayer decidimos, casi por sorpresa, darnos un pequeño homenaje gastronómico en el restaurante de nuestro querido Pabellón de España. (Tfno. de Reservas: 686 20 50 40 )

Jugábamos con la ventaja de saber quién está detrás de éste magnífico paraíso culinario: Enrique Martinez. Sólo con el nombre es probable que quienes me estén leyendo no lleguen a relacionarlo con algo especial. Sin embargo os voy a dar unos datos de referencia para que vayais descubriendo a un cocinerísimo cuyos méritos son de sobra merecedores de todos los elogios que se nos puedan ocurrir. Algo tendrá cuando todas las recepciones oficiales que se celebran en la Expo acaban con una comida o cena en este restaurante. Desde SS.MM. los Reyes, pasando por los Presidentes y Jefes de Estado que nos visitan, todas las Delegaciones Diplomáticas y muchos anónimos comensales, han pasado a que sus estómagos agradezcan el mimo que se pone sobre la mesa.

Desde que realizas la reserva de plaza, hasta que te sientas a la mesa, has pasado por el control de seguridad propio de un lugar dispuesto para recibir a personalidades de todo el mundo, pero con suma delicadeza y sin más requisito que facilitar el DNI de quien efectúa la reserva. Ahí mismo te recibe una amabilísima relaciones públicas que te guía por los inmensos corredores del edificio hasta un ascensor «inteligente» que te avisa de todo lo que pasa. Tan inteligente se cree que te trata como si fueras tonto, ha llegado a la planta 1, abriendo puerta, etc. Una vez libres de la caja elevadora eres conducido hasta el comedor donde el/la recepcionista te asigna la mesa y a ella te conduce el Maître con una corrección y ambilidad digna del entorno con el que te encuentras. Un comedor amplio y diáfano con vistas a todos los puntos cardinales de la Exposición.

Primera pista: Enrique Martinez es natural de Cintruénigo (Navarra) y como buen navarro se le nota en la cara la nobleza de carácter y, por supuesto, acostumbrado a trabajar con productos magníficos de la tierra. Así que conoce a la perfección las hortalizas de la Ribera y las verduras sabiamente mezcladas en su ensalada . No puede retraerse a ofrecer las Yemas de Espárrago de Navarra, auténticos y sabrosos como su tierra, o los pimientos de «Pontigo» (en Corella de «cristal»), cuya elaboración artesanal con leña hace que el trabajo para conseguir el sabor y la textura requiera de una paciencia oriental o un amor extraordinario a la elaboración tradicional. El colofón de los entrantes fué una delicia de aromas y texturas: La terrina de Foie es un espectáculo propio de unos fuegos artificiales que estallan dentro de tus papilas gustativas. Crujiente de frutos secos con predominio del pistacho envuelven el bloque de foie para realzar sus cualidades sensoriales, la trufa aporta un grado de bosque que te lleva al otoño de los hayedos navarros y las tostadas de pan que sirven de soporte contienen también sorpresas para el paladar.

Segunda pista: Enrique Martinez es el alma mater de un hotel-restaurante en la propia villa de Cintruénigo. Aquí ya vamos aproximándonos a su verdadera identidad porque ¿Conoceis el MAHER?. Si no es así más vale que lo visiteis en su propia web. De todos modos he dejado la última pista para postre.

Los segundos platos merecieron el aplauso de nuestro alterado estado de ánimo, Cabrito asado con primor, Perdiz Roja en un escabeche perfecto, Solomillo de buey de primerísima calidad, y para agigantar las carnes un excelente Reserva De Rioja: Remelluri, pleno de aromas y matices cuya cata es soberbia.

Tercera pista: Enrique Martinez es quien supervisa la cocina del que probablemente sea el mejor restaurante hostelero de Zaragoza, La Ontina, que se ubica en el Gran Hotel de nuestra ciudad y que gestiona la cadena hotelera NH.

Con todos estos datos supongo que ya imaginais que los postres no le andaban a la zaga en cuanto a calidad y variedad. Imprescindible probar las Torrijas caramelizadas al yogur griego, o el Chocolate blanco con helado de mango y frutos rojos, o quizás el Rulo de higos con alegrías diversas. Todos ellos hicieron que nuestra maltrechas fuerzas se recuperaran de forma inmediata y que nuestro espíritu agradeciese la atención y mimo que le habíamos proporcionado con este menú de lujo que bien se merece uno de vez en cuando.

Como nota anecdótica coincidió que uno de nuestros amigos y comensal, Jesús, sea oriundo de Corella, pueblo vecino de Cintruénigo. El Maître resultó ser a su vez pariente de él, así que cuando descubrieron tal eventualidad la relación con él se hizo amena y distendida, su atención no supuso sin embargo más que un pequeño toque de mayor confianza y proximidad, porque hasta aquél momento la profesionalidad que había demostrado sin conocernos había sido totalmente exquisita. Su gestión al frente de los camareros cortés y eficaz y la relación con los clientes de una discreción absoluta. Una casualidad más, cuando se acercó el propio Chef a interesarse por la satisfacción de todos los clientes, se confirmó que había sido compañero de estudios de Jesús, así que como un detallazo increíble por su parte nos obsequió con un entrante de cigalas con las que casi desgastamos los dedos de tanto chupar, nos saltamos todos los protocolos de la mesa y acabamos pringandonos como unos niños en una chocolatada.

Sólo querría que este artículo despertara en vosotros las ganas de reservar mesa en este auténtico «reducto» de la buena mesa que hay en la Expo. La experiencia es gratificante a más no poder y, en cuanto al precio puedo decir que es muchísimo más barato de lo que resulta una ración o bocadillo «embalsamado». Eso sí ateniéndonos a la relación CALIDAD/precio. Tal vez consigamos repetir otra vez, con lo que nos pensamos ahorrar en bocadillos y desde luego probaremos otras delicias, ya que la carta tengo entendido que va a ir variando con frecuencia. A los que sigais mi consejo ¡Buen provecho! y a los demás pediros disculpas por haber hecho que segregueis un montón de jugos gástricos.

Nuestra más sincera felicitación a todos los que hacen posible este lujo de restaurante que sin duda llevará nuestra cocina a lo largo de todo el mundo como una muestra más de que España es hoy por hoy la mejor cocina de autor del mundo.

Acerca de Carlos

Expiloto de líneas Aéreas, aficionado a las artes: Pintura, Literatura, Música, Fotografía, con ganas de divulgar aquello que he vivido a lo largo de mi experiencia profesional y humana..

14 respuestas a “Homenaje gastronómico”

  1. Pingback: Pimientos de Cristal » Alas de Plomo

  2. Tonio, gracias a tí por dejar tu comentario.En cuanto a la oferta tanto de carta como bodega creía que estaría disponible en su propia página web, aunque revisandolo mejor no es así. No obstante he encontrado esta «joya» en internet que te puede resultar de ayuda: http://www.idg.es/computerworld/impnot.asp?id=69726, en la que tienes la «bodega digital». Los menús varían semanalmente, así que no puedo darte más información…por el momento. Que aproveche y no dejes de leer el artículo que he publicado hoy de otro gran restaurante el novodabo.

  3. Gracias por tus comentarios.
    Aunque se hecha de menos mas amplitud, referente a la carta, …o siempre es el mismo menu; la bodega, los precios… ya se que son cosas algo menos interesantes, pero no por ello menos importantes para los que tenemos que hacer un pequeño extra para poder degustar estos menus.
    Gracias

  4. Judith, querida cirbonera, es una lástima que no hayas acabado de leer el artículo. La verdad es que si que puede resultar un poco largo, pero todavía es escasísimo para todo lo que se merecerían que se hablara de los artífices de semejantes manjares. De todos modos espero que leas alguno más cortito. ¿De acuerdo?.

  5. ¡Hola!

    No he terminado de leer todo tu post, porque me parecía demasiado largo.
    Aún así quiero dejarte un comentario, porque al ver el pie de foto me ha recordado al restaurante de mi pueblo «Cintruénigo». Y digo Cintruénigo, porque yo también soy natural de allí, en el que pasé mis bonitos años de la infancia, y lo guardo en el recuerdo con mucho cariño.
    En Mayo de este año, tuve el placer de asistir a un banquete de una boda de un familiar mío, que se celebró en el Maher, sin duda es un restaurante con una decoración exquisita y una comida digna de los paladares mas exigentes
    Un saludo,
    Judith

  6. Pablo gracias por tu aportación inestimable aunque el prefijo 948 me supongo que corresponde a Navarra.
    Lamia de morro nada, un pequeño sacrificio que hicimos. Me salté la dieta, tuvimos casi la obligación de probar de todo (luego coincidió que estaba bueno), tuvimos que halagar al chef, portarnos en la mesa como gente educada y al final pagar. Pero desde luego que estamos todos deseando volver a «sufrir» semejante «castigo». Hoy le han entrevistado en Onda Cero y están creando un libro de recetas con comida de todo el país (creo que se lamará Comerse España) y están recopilando recetas de todas las Autonomías que van pasando por el lugar. En cuanto lo publiquen habrá que comprarlo y de la dieta ya hablaremos más adelante, allá por Navidad cuando todo el mundo se acuerda de lo que se le avecina.

  7. En el Heraldo de Aragón de ayer domingo, salían sitios para alimentarse en la Expo, y en el restaurante del Pabellón de España, ponía un número diferente para realizar las reservas. Lo dejo aquí por si a alguien también le puede servir. Teléfono: 948 81 11 50.

  8. Jesus, cómo se nota que estudiaste con el chef. Y además de la descripción notable que haces de lo que son los pimientos «del Cristal» podrías haber añadido cómo se hacen. De eso sabemos mucho cada vez que los preparamos en «La caseta». Asar con leña, pelar, envasar y comer. Todo un pequeño sacrificio para poder saborear «tus» auténticos y primorosos pimientos que con tanto orgullo has introducido en las mesas de tus amigos. Un besote Suso.

  9. Magnífica y magnífico (como ciudadanas y ciudadanos). Asistí al estupendo homenaje que nos dispensamos con esta magnífica cena, que parece revivir con este magnífico artículo.
    Una ligera puntualización: Los pimientos que disfrutamos eran de la variedad de «El cristal» (en Corella y en todos los sitios), que son largos y estrechos, su carne es dulce y muy delgada y están recubiertos de una piel muy fina. Pero lo que más los caracteriza es que en la punta «tienen cuatro morros».
    Pontigo es una zona de cultivo entre Cintrúenigo y Fitero, bañada por el río Alhama.
    Cada cosa en su sitio, amigo Carlos. Un abrazo, Jesús

  10. Bien hecho, si cuela que cuele, Angelines, no obstante no sé yo si no habré abierto la Caja de Pandora. Al final van a ir todos los de Cintruénigo y Corella a presentar sus «respetos» al chef y al final tendrá que invitar a cacahuetes o galletitas saladas. Si no le dices al Maître que eres amiga del de alasdeplomo que a lo mejor os pone un par de cañitas a mi salud (solo por haber hecho un articulito).

  11. queridos amigos: celebro que la cena en el restaurante del pabellón de España haya sido de vuestro agrado. Además de la calidad, presentación y elaboración de los manjares que degustasteis, creo que hay que sumar el componente afectivo y de amistad. Una buena cena con unos buenos amigos sabe el doble.
    No he estado en el Maher de Cintruenigo, pero prometo remediar este fallo. Igualmente, si el tiempo lo permite iré al Pabellón de España y le diré al Chef que no he estudiado con Jesús, pero que soy su amiga, por si cuela y me invita a cigalitas……
    Besos y hasta la próxima.

  12. Querido Carlos C. encantado de proporcionarle el teléfono para efectuar la reserva en el restaurante en el que con tanto gusto tuvimos ocasión de cenar. 686 20 50 40. No obstante suelo poner enlaces donde este tipo de información aparece como parte consustancial al propio artículo, en este caso era justo el primero de ellos para quienes no tengan tiempo o ganas de seguir con mis peroratas. De cualquier modo me ha sugerido amablemente que lo ponga en lugar destacado y así lo asumo. Que disfrute de su degustación.

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