Una vez más vuelvo al DRAE:
inexorable.
1. adj. Que no se puede evitar.
Poco a poco, y lamentablemente, se van cumpliendo los plazos, se van viendo las barbas a remojo de unos y otros y todo el mundo se va preparando para lo que ocurrirá inexorablemente.
La maldita crisis, de la que tanto vamos a aprender, ha corroído los cimientos económicos de todos y cada uno de los sectores en los que el flujo de dinero es lo que permite mantener abiertas las puertas de las empresas. Ahora las puertas se abren en un solo sentido, el de salida hacia la calle, mientras que la entrada en cualquier trabajo es practicamente una utopía.
Hoy leo con tristeza una noticia que , por esperada, no me puede dejar indiferente. Muchos medios de comunicación ya se han hecho eco del posible planteamiento de un ERE por parte de Iberia. Algo muy significativo a nivel social y sobre todo a nivel económico. (enlazo la noticia de Aviación Digital, o la consecuencia que explica Expansión de que se paraliza la fusión con British Airways)
No puedo añadir casi nada a lo que ya iba diciendo sobre la afectación a distintas empresas aéreas de nuestro país. Ni siquiera sirve de nada que me solidarice con todos los trabajadores que pueden verse afectados por «otro ere más». Pero lo que sí digo y reiteraré hasta que me digais pesado, es que entre los despedidos deberían de figurar en, primer lugar, una serie de personajes, de directivos, de gestores, de mandos, y de asesores que no han sabido prevenirse ante lo que se estaba viendo venir desde hace muchísimo tiempo.
Sus respuestas llegan tarde y cortan los brotes sanos en vez de haber podado las ramas secas de su cabeza. Se han dejado mecer a merced del viento hasta que su propia inoperancia ha hecho romperse el árbol por la parte más debil. Mientras ellos se consideran las raíces fuertes que seguiran nutriendo al tronco mientras éste no sea partido por un rayo.
Hay tormenta en el cielo, están empezando a saltar chispas, y ellos están buscando mayor profundidad en la tierra yerma que les rodea.
A los dueños e inversores de estas empresas querría decirles sólo una cosa: En primavera es todavía tiempo de plantar nuevos brotes y repoblar la zona con nuevos planteros.
Los árboles viejos deben estar destinados a surtirnos de leña para pasar el invierno que se avecina con algo de calor en nuestros hogares. No hay que esperar a hacer la leña del árbol caído, sino talar por la base el tronco reseco de un árbol que ya dió todos sus frutos…