Las diversas confrontaciones políticas a favor o en contra de las políticas de aprovechamiento del agua no son nada nuevo y Costa avanzó una serie de soluciones al respecto. Trató sobre el colectivismo agrario, y , como notario que fué, publicó numerosas obras sobre derecho.
Participó de forma activa en lo que se conoció como «Regeneracionismo», intentando elevar y difundir la educación. Ello le llevó a aprobar y colaborar con la Institución Libre de Enseñanza.
En Monzón, su ciudad natal, puedes visitar el museo que tiene dedicado.
Tal vez la ingente obra de este librepensador aragonés, sería recomendable para los pilitiquillos que pueblan nuestro panorama electoral. Con que leyeran algo de lo que pensó este prohombre de la cultura, habrían descubierto no sólo el problema sino la solución al mismo de una forma moderna y avanzada, a pesar de ser de finales del siglo XIX y principios del XX.
Para muestra vale un botón, yo os dejo dos, extraídos de un monográfico sobre Costa que publicó el Centro de Estudios de la Historia de Monzón en el año 1986. En ambos se recogen sus propias palabras.
Primera cita: esto le escribió al director inglés de la Review of Reviews (1900).
«Empecé a vivir cuando España había llegado al límite de su decadencia. Llegué a la madurez mental en días en que esa decadencia degeneró en catástrofe. Yo había estudiado la historia de mi país, y el choque de lo aprendido con lo que vivía, arrancó de mi pensamiento truenos de ira e indignación. Este es el resumen de mi vida. Ya ve usted que tiene poca importancia.»
Segunda cita: a pesar de lo que dice, creo que merece la pena recordarlo.