La cocina

(fotografía: The Singular Kitchen)

Después de haber visto el vídeo de un hombre agobiado en una cocina, sin espacio para colocar un vaso sucio de más, me he ido de tiendas por internet…

Algo tendrá que haber por ahí que solucione estos pequeños problemas domésticos a los que nos enfrentamos los «amos de casa». A mí en particular me gusta mucho cocinar pero… ¿habeis observado un hombre en la cocina?.

Lo primero que suele hacer es extender un montón de utensilios por si acaso tiene que echar mano de uno de ellos a lo largo del proceso de elaboración de un huevo frito. Pero al final, cuando tiene las manos completamente manchadas de aceite, harina, huevo, sal… se da cuenta de que no había cogido una espumadera. Como tampoco suele saber dónde está ésta, le toca abrir todos los cajones, armarios y suele mirar primero en la parte donde está el cubo de la basura, por si acaso, dejando todos los tiradores «pringados» de un rebozo que por supuesto nunca va a limpiar.

Una vez frito el huevo, y como le gusta que la presentación del plato sea adecuada al esfuerzo, prueba unos cuantos platos, amontona unas patatas fritas (preferiblemente de bolsa) alrededor de su obra, y si es de los que se esfuerzan en seguir programas de cocina en T.V. acaba poniendo una rama de perejil (si tiene) o un trozo de alcachofa para decorar. ¡Hay que darle color!…

Si ha conseguido estar solo durante todo este tiempo con aquello de: «déjame a mí que hoy hago la comida YO», cuando se da cuenta del «desa-guisado«, intenta con muy buena voluntad recoger toda la intendencia utilizada, así que cuatro gotitas de fairy, no vaya a gastar mucho jabón, y hale, a quitar la grasa de todo llevándola de acá para allá con una bayeta costrosa que deja la cocina brillante. Claro que el brillo lo produce el reflejo del aceite que cubre todas las superficies habidas y por haber.

Una vez acabada la «faena» ya ha olvidado dónde se ponían las sartenes, los cazos y los platos limpios (separados de los sucios). Así que vuelve a abrir la puerta de la basura para ir descartando ubicaciones. Poquito a poco se hace una pequeña idea de por dónde andan los tiros, los vasos deben estar al lado de la cristalería fina, las sartenes como siempre estarán dentro del horno eléctrico, la espumadera, cuchillos, y demás metales caben perfectamente dentro de la perola grande… y el colador de agujeritos finos lógicamente al lado de las conservas.

En fin, que menos mal que hay quienes han pensado en nosotros para hacernos los muebles de cocina más apropiados para cualquiera (incluso hombre), en la que el orden lógico de las cosas nos lo dan completamente resuelto, y sabiamente diseñado.

Espero que con esto os animeis a guisar más a menudo sin necesidad de destrozar la cocina.

Acerca de Carlos

Expiloto de líneas Aéreas, aficionado a las artes: Pintura, Literatura, Música, Fotografía, con ganas de divulgar aquello que he vivido a lo largo de mi experiencia profesional y humana..

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