No voy a hablar de la película que lleva ese título, tampoco del sentido que tendría como algo que desarrollar o cumplir.
Aprovecho que el próximo día 21 de Octubre es el día del DOMUND para mostraros fotos reales de una Misión en Burundi.
Todavía recuerdo mi época infantil donde los niños hacíamos colectas con unas huchas con forma de «negritos» o «chinitos» , para las misiones. Ahora los donativos han ganado en recursos para llegar a sus destinatarios finales, cuentas bancarias, internet, ONG’s, etc., sin embargo tengo la impresión de que se recauda menos que entonces. En ello influye el desapego que sentimos hacia iniciativas caritativas que parten de la Iglesia católica, o bien que preferimos «invertir» nuestras donaciones en temas más concretos como desastres naturales, adopciones, apadrinamiento de niños,etc.
Sea lo que fuere, mi amiga Magdalena me prestó una colección de fotografías que realizó en Burundi cuando fué a visitar a su madrina, una monja misionera, cuya vida dedica a la ayuda humanitaria en dicho país.
Estamos muy saturados de ver a los nativos africanos tristes y famélicos, rodeados de moscas y llenos de desesperación. Pero en su reportaje no hay nada de esto. Hay alegría y sonrisas, hay color y humanidad. Hay incluso muestra de una felicidad sencilla, juguetes, amor y Paz. Hay también pobreza, pero gracias a La Misión, están consiguiendo aprender a hacer trabajos que palíen sus necesidades básicas.
Tal vez un blog sea capaz de haceros recordar que los negritos de las huchas tienen caras reales o que con muy poquito podemos ayudar de una manera muy importante a que esas personas sigan adelante con dignidad y sobre todo con esperanza.
Viendo estas fotos he sentido hasta envidia de sus rostros felices.
¡Gracias de corazón, Magdalena!.
Las fotos son preciosas, Carlos.