Hace tiempo que tenía ganas de hacer una foto de mi moto. No sé por qué pero creo que no le había hecho ninguna. Ahora le ha tocado el turno de ser protagonista por un día.
Para los que hemos tenido madres «hiperprotectoras» (o padres intransigentes), o por lo que sea, la moto ha sido siempre uno de los «caprichos» a los que hemos llegado de mayores. No es raro ver a hombres ya «talluditos» con unos pedazos de «máquinas» a las que casi no pueden subirse por culpa de la artrosis.
Yo siempre había querido tener moto y me costó tan solo 44 años conseguirla. Primero la oposición total en casa, luego que si no tenía un duro, luego comprar piso, niños, colegios, etc. así que siempre quedó relegada a ser una más de las «frustraciones» infantiles que tenemos los hombres principalmente.
Cuando hube superado todos los obstáculos decidí obtener el permiso de motocicletas y me compre esta moto tan chula (para mí) y tan cómoda (La Suzuki Marauder 250). Sólo la utilizo para dar paseos y hacer recados, con lo cual tengo más que de sobras con ella. Para visitar la Expo es el mejor medio de transporte que existe. Y como podeis ver la utilizo también para promocionar el Blog. Sin duda una gran adquisición que ha cubierto todas mis expectativas infantiles y algunas otras de la madurez. ¡Nunca es tarde para ser Feliz!.
Gracias Suco. Todo puede llegar en la vida, ¡hasta tener moto!. Ya ves, al final lo que cuenta es mantener las ilusiones porque gracias a ellas tenemos siempre metas a las que llegar y objetivos que realizar. Si no fuera así estaríamos acabados.
Tienes razón. Son ese tipo de cosas que se van quedando relegadas y que no tienes muy claro si algún día realizarás. Me alegro de que tu cumplieras con tu sueño/ilusión y al final pudieses tener una.
La verdad es que es muy chula y está bien cuidada 😉