(ilustración de vurro)
Me permito el lujo de robarle a Emilio este sensacional curriculum vital de un piloto…
«Los hombres y los aviones»
Los hombres hasta los 20 años : Son como los aviones de papel, solo vuelos rápidos, de poco alcance y duración.
Entre 20 y 30 años : Como un caza militar, siempre listos, 24 horas al dia, siete días a la semana, ataca cualquier objetivo, capaz de ejecutar varias misiones, aun cuando estén separadas por cortos espacios de tiempo.
De los 30 a los 40 : Aeronave comercial de vuelos internacionales, opera en horario regular, destinos de alto nivel, vuelos largos, casi sin sobresaltos, la clientela llega con grandes expectativas, al final queda cansada, pero satisfecha.
De los 40 a los 50 : Aeronave comercial de vuelos regionales, mantiene horarios regulares, destinos bastante conocidos y rutinarios, los vuelos no siempre salen a horario previsto, o demandan cambios y adaptaciones que irritan a la clientela.
De los 50 a los 60 : Aeronave de carga, preparación intensa y mucho trabajo previo al despegue, una vez en el aire, maniobra lentamente y proporciona menor comodidad durante el viaje, el pasaje se compone mayormente de maletas y bultos diversos.
De los 60 a los 70 : Como las alas delta, exige excelentes condiciones externas para alzar el vuelo, da un trabajo terrible para despegar, y después se han de evitar maniobras bruscas, si no se quiere caer antes de tiempo, después del aterrizaje , se desmonta y se guarda el equipo.
De los 70 a los 80 años : Un planeador, solo vuela eventualmente con ayuda externa, repertorio de maniobras extremadamente limitado, y una vez en el suelo, necesita ayuda hasta para regresar al hangar.
Después de los 80 años : Es como un modelo a escala. Una antigüedad inservible que a duras penas se usa de adorno.
Mery, pues entonces regularidad… dentro de nada hará carga, y te llevará la compra a caa. 😉
este me ha gustado, mi marido esta entre los 40 y los 50 jeje, saludos.
qveas, bienvenido al club de los entusiastas… así que sigue animándonos con tus comentarios. 😉
Yo a mis 63, soy como un parapente, por más que tiro la cuerda no sé cuando y donde voy a aterrizar. Sin embargo, en mi incierto vuelo de caida, veo pasar «esas hermosas avionetas», con sus hermosas alas…esos trenes de aterrizaje carenados…y con esos admirables empenajes….y deseo que me enganchen el parapente, aunque tenga que aterrizar en una cloaca, como el alemán de los «Intrépidos en sus máquinas voladoras» …
Disculpen, me entusismé Ji! Ji!
Yo me dedico ya al transporte de carga… llevo más plomo del de las alas en distintas partes del cuerpo… 🙂
Esta foto me gusta mucho más que la que yo he publicado. Pobres pasajeros, no saben lo que les espera.