Acepto la invitación que me hace Victor en Helektron para aportar algo de luz sobre los asientos más seguros en un avión.
Como todo en aviación tiene un porqué, os explico un poquito sobre ello.
Como apreciais en este gráfico de porcentajes de supervivencia la mayor probabilidad aparece en la parte posterior del fuselaje. Como son siempre estudios estadísticos a partir de la investigación posterior a cualquier «incidente» son por lo tanto muy fiables. De hecho las famosas «cajas negras» se alojan siempre en compartimentos del «cono de cola» por ser esta la parte menos afectada en caso de accidente.
Pero ¿por qué es esto así?. La razón no es otra que la mecánica de fuerzas. La energía mecánica (cinética + potencial) que tiene en vuelo un avión es muy elevada, así que para que un avión disipe toda esta energía en un accidente sólo puede hacerlo mediante la transformación de dicha energía en trabajo. Este trabajo se realiza «arrugando» la propia estructura y venciendo la fuerza de rozamiento en caso de deslizar.
Esta explicación mecánica es sencilla pero lamentablemente conocida por quienes han tenido un accidente de coche y pueden contarlo. Por ejemplo el piloto kubica recientemente.
En el caso de los automóviles ha aumentado considerablemente la seguridad mecánica de los vehículos, haciendo que los «esfuerzos» de plegamiento de su estructura sean desviados y absorbidos por zonas «elásticas» alejadas del habitáculo. Ello permite disipar la mayor parte de la energía del coche sin que se vea afectada la zona «segura» del piloto y/u ocupantes.
Sin embargo el diseño estructural del avión no está pensado para los choques frontales. El tipo de fuerzas a las que está sometido el mismo es de otra índole. En condiciones normales de vuelo la flexión de las alas que soportan los «largueros» se contrarresta con el peso del combustible que va en las alas, la presurización que «infla» la cabina de pasaje está regulada a un máximo y los paneles del fuselaje «remachados» a las «costillas» y «larguerillos», los impactos al aterrizar son absorbidos en parte por el sistema de amortiguación, etc., etc. Pero los impactos frontales no se contemplan ya que no es «necesario».
En el caso de un aterrizaje de emergencia fuera de pista, sólo la suerte dirá si el avión impacta frontalmente contra cualquier objeto «duro». Si ello ocurre el fuselaje irá absorbiendo gradualmente la energía deformando cada vez más el avión empezando de delante hacia atrás. No hay más. (Ni menos).
Anécdota: Un compañero mío tuvo que «convencer» a un señor mayor, a quien le habían advertido de que atrás es más seguro, de que se sentara delante porque no había más sitio disponible y su asiento era de la parte delantera. Al buen hombre le preguntó lo siguiente: «¿Cree usted que si realmente fuese más seguro detrás, los pilotos nos sentaríamos delante?. Inmediatamente pensó que sería verdad y se sentó sin dudarlo más.
Imagino que pensaría también que nosotros llevamos paracaídas o que tenemos asientos eyectables.
Lillian, no está mal la recomendación… en todo caso si conoces más a fondo los seguros aéreos, podrías aportar ese conocimiento para su difusión. 😉
Buenas, me llamo Lillian Coppin. Gracias por sus interesantes consejos. Pienso que existen en el mercado una amplia variedad de seguros baratos, los que debera considerar contratar al momento de adquirir un automovil ya que indefectiblemente este debe estar acompanado por una poliza de seguros por varias razones, la tranquilidad suya, de su familia y eventualmente de su empresa, las exigencias de entidades publicas respecto a la obligatoriedad del mismo, entre otras. Lo que no es recomendable es contratar el primer seguro que le ofrezcan, si bien puede ser uno de los seguros baratos que esta buscando lo mejor es ver algunas opciones distintas, lo que ofrecen paralelamente al seguro en si mismo. Esto es todo lo que se me ocurre con respecto a mi experiencia contratando seguros baratos. Me despido no sin antes saludarlos y desearles lo mejor del mundo, se despide, Lillian Coppin.
Considero que el viajar en avión es uno de los medios de transporte más seguros que existen y lo digo sinceramente, ello no quiere decir que en un accidente la mayoría, por no decir todos los ocupantes perezcan, sin embargo el tanto por ciento de accidentes comparados con los coches, buses y trenes es infinítamente menor.
Isabel. Ya verás como finalmente lo superas. No es malo tener información, sino que hay que utilizarla bien. Ya habíamos quedado que volar es hipermegasuperseguro.
No sé si para mi miedo irracional es bueno esto de tener tanta información contigo… 😉
Aunque creo que a mí me da lo mismo…
El problema no es dónde sentarse,… sino subir !!!
Besos.
A mí ya no me engañan más 😛
Saludos.