Cuando estaba poniendo el título me he dado cuenta de que había enlazado los de dos películas (mejor dicho una película y una serie de otras), pero ni quiero hablar de espíritus ni de héroes de aventuras arqueo-ilógicas, sino de éstos, de los nuestros, de nuestros reales y autóctonos arqueólogos.
No he necesitado de ninguna excavadora ni bucear mucho en la procelosa mar océana, puesto que me lo ha servido en bandeja una buena amiga (casi ya colaboradora del blog), Angelines quien, además de muchas cosas buenas, es arqueóloga y dirige unas excavaciones en Aragón. De esas excavaciones ya os daré cuenta porque me tiene prometida cierta documentación divulgativa resultado de las investigaciones que llevan a cabo en el departamento de arqueología de la Universidad de Zaragoza.
Sé que de entrada hablar de arqueología a toda la red es un poco «aventura-do», porque te encuentras al menos dos tipos de reacción: una la de aquellos que aunque no sepamos practicamente nada nos puede interesar y seguirlo con devoción y la otra la de los que rechazan de plano interesarse por algo que no sea su afición particular.
De cualquier manera os invito a aprender (a otros refrescar conocimientos) un poco más sobre esta disciplina académica de la que extraemos algo más que trozos de huesos o de vasijas de barro cocido. Todo ello con muchísimo sentido del humor por parte del autor del blog. Homorgasmus.
Sé que os va a gustar mucho este blog, de verdad, y todo lo que cuenta está basado en evidencias científicas, pero nuestro «homorgasmus» consigue que los «homoblogus» nos adentremos en el mundo de las humanidades para refrescar las mentes de tanto mega, link, y web 2.0… con algo tan antiguo como nuestro propio origen. ¡No os lo perdais!
Pues muchas gracias Carlos. Yo también iré haciendo visitas por aquí. Al ver el
título y el fondo de tu blog me he acordado de un amiguete que vuela en ultraligeros. Un saludo.