Los protestadores…de los que denunciamos

Hace poco tiempo os dí cuenta de cómo por una ¿simpleza? como que te cambien el precio de la consumición a mitad de tu permanencia en un determinado lugar sin facilitarte la documentación «OBLIGATORIA» como son la lista de precios y las hojas de reclamaciones, acabé presentando una reclamación en la OCU.

A raíz del artículo he recibido todo tipo de comentarios, unos a favor y los menos en contra de mi actitud. No buscaba polemizar sobre nada ni menos con cualquiera de los que entran LIBREMENTE a leer mis cosas. Pero algunos de ellos han intentado ofenderme sin conseguirlo. ¡No estoy aquí para debates estériles!.

Sin embargo cada uno tenemos nuestros modos de ver la vida y nuestra propia responsabilidad como ciudadanos. Unos ejercemos educadamente, y amparados en una serie de derechos que ha costado muchos años conseguir, mientras que otros optan por la postura más cómoda de dejarlo correr. Cualquier posición puede servir siempre y cuando esté de acuerdo con tu propio carácter.

El mío ha sido y será siempre, desde que yo recuerdo con cuatro o cinco años, ponerme siempre del lado del más débil. Muchas veces he sido representante de una serie de colectivos en los que llevar las inquietudes de unos y otros hacia las instancias oportunas. En el cole ya discutía con los profesores cuando intentaban ponernos exámenes doblando asignaturas (tendría unos siete u ocho años). En la Universidad fuí delegado de curso y tuve no pocos enfrentamientos con determinados profesores que no dictaban las clases de la manera adecuada para transmitir sus conocimientos a los ignorantes de los alumnos. En mi vida laboral siempre he sido un «legionario» de los trabajadores yendo directamente a la jefatura correspondiente a informar de determinados problemas de seguridad en vuelo o de relaciones laborales. Así que estoy más que «bregado» en la conversación y diálogos productivos. Nunca he sido de los que ante una injusticia me haya quedado mudo y mucho menos impasible. Así que con determinados caracteres he tenido mis combates dialécticos más o menos serios de los que generalmente he salido muy airoso y con algún que otro «falso amigo» de menos.

Ahora que escribo en «mi propio blog», » lo que yo quiero», «como quiero» y dándole el enfoque que «a mí me parece», no estoy dispuesto a ser ofendido en mi propio campo. De todos modos tampoco lo van a conseguir. Pero a todos aquellos a los que les ha molestado una actitud cívica y responsable por el mero hecho de haber presentado una reclamación, les voy a remitir a un gran «pensador» y pastor luterano. No es otro que Martin Niemöller cuyo poema más conocido y apreciado es el que ahora os transcribo:

«Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,

Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,

Cuando vinieron a buscarme,

no había nadie más que pudiera protestar.»

O esta otra versión del mismo tema:

«Primero fueron a por los judíos,

y yo no hablé porque no era judío.

Después fueron a por los comunistas,

y yo no hablé porque no era comunista.

Después fueron a por los católicos,

y yo no hablé porque era protestante.

Después fueron a por mí,

y para entonces ya no quedaba nadie que hablara por mí.»

Después de estas palabras, que me hubiera gustado que fueran mías, os dejo pensar en qué actitud es la que más interesa a todos los que no tienen voz.

Acerca de Carlos

Expiloto de líneas Aéreas, aficionado a las artes: Pintura, Literatura, Música, Fotografía, con ganas de divulgar aquello que he vivido a lo largo de mi experiencia profesional y humana..

2 respuestas a “Los protestadores…de los que denunciamos”

  1. Gracias Vito, tal vez tu seas la persona que más me ha visto «defender» el interés general, incluso en perjuicio propio. Pero no me arrepiento. Soy así de paria, de nacimiento.

  2. Ser crítico te acaba convirtiendo en un paria. No importa que tengas razón, siempre habrá alguien disconforme que cargará contra el mensajero. Ya lo has sufrido en tus carnes y ahora en tu blog. Míralo por el lado positivo, el debate aporta riqueza a blog y a los que navegamos por él.

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