Mala prensa…

¿Qué entendemos cuando decimos que esto tiene mala prensa?, o que ¿nos venden la moto?, o expresiones más o menos populares para decir que lo que hacemos no está bien visto por los demás y que tiene mala venta. Pues eso es lo que ha pasado de siempre con el tema aeronaútico. Que cualquier cosa que se haga se vuelve siempre en contra de sus «promotores».

Debo decir que fuí miembro del SEPLA hasta que sufrí el primer Expediente de Regulación de Empleo allá por el año 1993 (como veis no es algo nuevo). En aquel momento pertenecía a la plantilla de LTE y hubo una reducción de un 30%. A mí no me tocó por antigüedad, pero ví perder su trabajo a muchos empleados y amigos. Para defender los intereses de un colectivo tan reducido (unos 50 pilotos) el gabinete jurídico del sindicato podríamos decir que no tenía demasiado ¿interés? en resolver nuestros problemas laborales. Vamos, que estábamos unicamente respaldados «moralmente» por el sindicato al que todos estábamos afiliados.

Hicimos una «colecta» (provisión de fondos) para pagar al mejor abogado laboralista que pudimos y defendimos a muerte a todos los compañeros que se iban a quedar en el paro. Hicimos cuentas, nos congelamos voluntariamente el sueldo, redujimos nuestras pretensiones laborales, aceptamos reducciones de categorías de hoteles, etc. Hicimos un completo programa de reducción de costes a la compañía calculando el monto económico que suponía mantener en su puesto de trabajo al personal que había de ser «expulsado» y lo pagábamos de nuestros propios bolsillos.

La empresa inicialmente aceptó la oferta durante unos seis o siete meses, con lo que se ahorró el sueldo de los implicados de «por vida» y al cabo de ese tiempo les dió igualmente el finiquito a los que quiso. Así que encima de «putas apaleadas». Ahí me dije: «Nunca más voy a ofrecerle a la empresa parte de lo mío, porque se lo queda y además le ayudo a pagar la liquidación de un compi».

También aprendí que para defender mis intereses laborales (como lamentablemente ocurrió) siempre tendría que recurrir a un laboralista «particular», así que ya no me interesaba ser miembro de un sindicato profesional (y mucho menos de uno político) y pedí la baja voluntaria del SEPLA.

Ello no quiere decir que no sea «sindicalista», ni que quiera desprestigiar al SEPLA. Solamente quiero decir que me he movido libremente entre los compañeros y la empresa, defendiendo las causas comunes a mi manera y dando la cara a tírulo personal. Siempre he apoyado a los representantes sindicales y he reconocido el esfuerzo y valor que tienen cuando tienen que negociar con los «tiburones» de los despachos.

Sin embargo he ido como los legionarios, «a pecho descubierto» y me he llevado unas cuantas hostias sin respaldo de nadie. Pero yo soy así y eso es mi problema.

Ahora que hay «movimiento» en todo el entramado aeronaútico, pilotos, controladores, etc. que coinciden en el tiempo y causan graves trastornos a los viajeros es dificil de entender lo que está ocurriendo.

Yo os lo voy a decir: ¡ESTAMOS AL BORDE DE LA CATASTROFE!. La economía manda tanto, que las restricciones en materia de seguridad están ya por debajo de mínimos. ¡No sabeis cómo me duele tener que decir esto!, cuando llevo casi dos años intentando quitar el miedo a volar a los que me leen. El accidente aéreo está más cerca que nunca, y no por culpa de los profesionales que trabajan para vosotros, los pasajeros, sino por culpa de los gestores de  la aviación. No sólo los ejecutivos-ejecutores de las compañías, no sólo los directivos que pertenecen a los consejos de administración, sino el propio encargado de velar en última instancia por la Seguridad Aérea, El Ministerio de Fomento.

AENA es un ente público encargado, entre otras cosas, de gestionar los aeropuertos españoles; el cuerpo de controladores aéreos depende también de dicho organismo. La inspección técnica, inspecciones a los pilotos, ayudas a la navegación, etc. son competencia directa del propio Ministerio. Pero cuando la crisis ataca, nadie queda a salvo de las reducciones de plantilla. Tal vez no se eche a nadie a la calle, pero la gente se jubila, se pone enferma o sencillamente cambia de trabajo. Ahí se dejan de cubrir las bajas y se «anima» al personal a realizar un pequeño esfuerzo «coyuntural» para salir del trance. Al principio todo el mundo se hace cargo de la situación y «cede» parte de sus derechos, «arrima el hombro» y se deja convencer de que, en beneficio del ciudadano (como servicio público que es el transporte), hay que sacrificarse para no perjudicar a nadie.

Como os dije antes eso es siempre una «trampa sadúcea» porque los administradores no tienen ninguna intención de resolverlo, simplemente quieren ganar tiempo y/o dinero para utilizarlo en contra tuya. No hay otra salida. Y mientras tanto los pilotos vuelan «a carajo sacado» (perdón por el vulgarismo de nuestro argot), los controladores doblan turnos, los mecánicos apenas tienen cuatro tornillos y «cinta americana» con la que ¿reparar? pequeñas averías, las azafatas apenas tienen tiempo de llegar a casa para rellenar la maleta de bragas limpias y volver a salir de línea seis o siete días, porque hay muchas «incidencias», los de los mostradores de facturación tienen los días contados porque al acabar las fechas navideñas caduca o vence el contrato temporal que tienen, a tiempo parcial, para reforzar unos días de mayor demanda….¿Sigo?. Creo que no hace falta.

Así que os recomiendo, y bien sabe Dios que siempre he querido que no se cumplan mis vaticinios, que ¡no voleis durante un período más o menos prudencial!. Digamos que cuando en los periódicos salga la noticia de que Iberia va a contratar 500 pilotos en un par de meses, que AENA ha convocado oposiciones para ampliar el número de controladores aéreos, que Air Nostrum ha contratado el stock de repuestos con una compañía canadiense que le garantiza el 30% de material en menos de un día, que las charter españolas han dejado de operar al «quinto pino» para llenar los hoteles de las grandes cadenas que participan como accionistas de las mismas, que el Ministerio de Fomento ha establecido una nueva norma de inspección más fluida en la que los inspectores son un cuerpo totalmente independiente de la compaía y que las inspecciones periódicas no se hacen de forma «delegada» por los propios pilotos de la compañía nombrados » a dedo» por ella, etc, etc,etc.

En ese momento es cuando debeis considerar que es de nuevo seguro subirse a un avión de cualquier compañía. Mientras tanto os ruego que considereis que toda esa gente que dicen que está en huelga, QUE NO LO ESTA, simplemente está velando por vuestra seguridad. Se está autoinmolando y sacrificándose por vosotros, está a punto de irse al paro por defender unos intereses que van más allá de los suyos particulares, porque lo que están REIVINDICANDO es vuestra SEGURIDAD, aún a costa de que los odieis, los vilipendieis y les insulteis. Aun a costa de su propio puesto de trabajo.

Ahora vosotros mismos decidís por qué está ocurriendo lo que ocurre, y cuando los periódicos y las televisiones os vuelvan a mostrar el próximo accidente de un avión, pensad la suerte que habeis tenido porque los trabajadores de la aviación en España estén empezando a gritar ¡BASTA YA!. Aunque nadie les quiere escuchar…

Acerca de Carlos

Expiloto de líneas Aéreas, aficionado a las artes: Pintura, Literatura, Música, Fotografía, con ganas de divulgar aquello que he vivido a lo largo de mi experiencia profesional y humana..

6 respuestas a “Mala prensa…”

  1. Pingback: El buen camino » Alas de Plomo

  2. Gracias Chema. No te rindas. Yo solo soy un observador de lo que me rodea y un «luchador», más Quijote que Sancho y aprecio enormemente tu comentario-carta. Soy más sindicalista de lo que pueda parecer, aunque no ejerza, he utilizado a los «torpedos» que nos mandaban a dinamitar nuestras reuniones de exiliados, a enterarse de lo que se cocía en la resistencia. Y efectivamente me «liberaron» del todo. Eso sí, me quedé en el paro. Ojalá mi modesta aportación a esta causa sirva para que de una vez por todas se consiga que la profesión aeronaútica, todos los estamentos implicados (no sólo los pilotos), se vuelva por fin algo digno de todos. Pero el trabajo es de todos y todos tenemos que «arrimar el hombro» en la medida de nuestras posibilidades. ¡Feliz año, amigo!

  3. Estimado Carlos:

    Estar fuera de todo esto te permite la libertad de decir lo que piensas sin poner paños calientes. Muchas de tus reflexiones, lamentablemente, son la triste realidad, pero aún así me niego a rendirme.

    Si me permites, me gustaría puntualizar alguna cosa:

    En primer lugar, el SEPLA del año 93 no tiene nada que ver con el de hoy, y para mi, el punto de inflexión fue la presidencia de Andoni Nieto, que creyó que más allá de los asuntos particulares de los pilotos con sus empresas, los problemas de los aviadores son lugares comunes que afectan en mayor o en menor medida a todos, independientemente de donde ejerzan su labor profesional. El primer movimiento sindical que hizo fue convocar huelga en «el sector de helicópteros» uno, con los trabajos aéreos, de los grandes olvidados.
    Hoy, en 2009, el presidente de Sepla es José María Vázquez, comandante de SPP…
    Describes con acierto la selva en la que se ha convertido la aviación comercial, donde la ley, que sí existe, muchas veces no se cumple. Parece mentira, pero después del accidente de agosto, casi todo sigue igual: las mismas malas prácticas, vuelos de todo a 100.
    Todos somos culpables, clientes, pilotos, tma´s, etc. aunque no en la misma medida. Por poner un ejemplo:un pasajero compra un billete para volar en la compañía A. El día de su vuelo, embarca en un avión que tiene colores muy parecidos a los de A, es atendido por mantenimiento D (subcontrata de A),pero pertenece a la compañía B. La tripulación técnica y auxiliar, llevan uniforme muy parecido a A, pero son del broker C, que los proporciona a B, para que a su vez vuelen para A ,¿me sigues?. Finalmente, nuestro pasajero, que se huele que hay algo raro, termina su viaje feliz en un día de niebla muy cerrada, viendo como los aviones que sí que son de A, con pilotos, auxiliares y tma´s de A, regresan sin poder aterrizar, al aeropuerto de origen… (y además, por poquito dinero).
    Creo que la autoridad aeronautica simplemente ni está ni se la espera. Apenas hay inspecciones y las que se hacen son de muy mala calidad, no se contestan a las denuncias- algunas de ellas interpuestas por Sepla muy graves-, no se sanciona y se percibe una gran sensación de impunidad. Si me permites el símil, circulamos por una carretera sin guardia civil donde muchos van por libre. Otra peli de MAD MAX.
    Por último, no puedo compartir tu recomendación de no volar en un tiempo prudencial, porque sería injusto para todos aquellos que aún sabiendo «el frío que hace ahí fuera» se plantan firmes y rechazan el todo vale.

    Un fuerte abrazo amigo y que este 2009, todos tus nobles deseos y los de tus lectores se cumplan.

  4. Raúl gracias por el enlace.¡Qué bien!. Ojalá haga recapacitar a más de uno y de dos. No quiero meter miedo, sino «avisar» de que esto está podrido. Hay que poner medios (y no me refiero adinero), sino gestión y humanidad. En cuanto a las hostias no creo que sean muy dolorosas si me pongo la coraza de «hombre duro» que ya sabes que no soy… jejeje. Es un placer ver que ha «calado» en gente buena.

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