Así es cómo narra Carlos Pauner su «odisea» hacia su nuevo reto. Han pasado ya momentos duros, pero como la avalancha que sufrieron el Jueves Santo, es posible que fueran sencillamente minucias.
Lo cierto es que les arrolló una avlancha de nieve en su «campamento base» y milagrosamente salieron con vida de ella. Algunos destrozos menos serios de lo que se temieron y afortunadamente todos sanos y salvos.
Una vez más la montaña ha dictado sentencia, el que quiera dominarla se las tendrá que ver con su furia, con sus peligros y sus traiciones. Gracias a la colaboración entre gente de otra pasta, moldeados por la dureza extrema en la que se forjan sus voluntades, han sido acogidos por una expedición dirigida por Mario Merelli, jefe de una expedición italiana.
Todos unidos ante la montaña, con intención de domeñarla y hacerla suya por un instante fugaz, en el que sólo la fuerza de la mente y la confianza en sí mismos hará que superen una vez más otro coloso de la naturaleza.
Enhorabuena a todos y mucha suerte, campeones.
Lamia, ya dije que tuve la gran suerte de conocerle brevemente y le sigo no sólo con admiración, sino que cuenta sus experiencias con gran realismo y de manera muy amena. es un tío estupendo. Se merece el éxito al que ya ha llegado otras veces.
Me encanta saber que sigues las aventuras de Pauner. Algo más en común.