El amor hacia los animales ha ido creciendo entre la población y cada vez hay más hogares que tienen sus mascotas.
La evolución de los gustos en cuanto a animales «domésticos» ha sido enorme, tanto es así que en un spot publicitario se decía: » bueno vale, aceptamos pulpo como animal de compañía…».
Ahora podemos encontrar en cualquier casa todo tipo de animales, perros, gatos, pájaros, tortugas, iguanas, reptiles, arañas, cocodrilos, etc. y para los que disponen de terreno propio tigres, leones, elefantes, cocodrilos o cualquier animal exótico que le apetezca al afortunado.
Llegados a este punto se produce la noticia, que da 20 minutos, de que han aparecido dos serpientes en un avión de Iberia. Puede parecer extraño pero no lo es tanto, ya que el transporte de animales a bordo, aunque restringido y regulado, está permitido pagando el correspondiente pasaje del animal y acomodándolo en contenedores adecuados al caso.
En una ocasión tuve oportunidad de comprobar que los propietarios de animales exóticos también viajan con sus «seres queridos«. La jefa de azafatas vino a consultarme si podía embarcar una señora con su serpiente «pitón». Le pregunté si había declarado al ofidio como pasaje y en qué condiciones lo llevaba. Al parecer el contenedor era una simple bolsa de supermercado, pero alegaba que no era peligrosa y que prácticamente no se movía. Así que obviamente no autoricé el embarque del animal.
No fué un capricho personal ni una particular manía del comandante del vuelo, sino que fué para «prevenir» molestias e incomodidad al resto del pasaje. ¿Qué podía ocurrir si la serpiente se escapaba de su bolsa?. Lo más probable era que cualquiera de los ocupantes del avión se habría llevado un susto «morrocotudo», o incluso haber provocado una situación de «histeria colectiva». (La mayoría de personas que conozco les tienen a las serpientes algo de repelús y muchas de ellas incluso fobia).
Entiendo que no se debe dejar solos a los animales durante las vacaciones y las soluciones para sus cuidados dependen de la familia o de los amigos, pero creo que cuidar una serpiente no atrae a muchas personas, así que imagino que aquélla Sra. no pudo o no quiso abandonar a su «serpientita» durante las vacaciones.
Imagino que aquella inocente serpiente finalmente viajó con nosotros escondida entre el equipaje de mano. Y si no fué así en aquél momento, en ocasiones ulteriores es probable que lo haya hecho.
De cualquier manera a los que tienen animales «no habituales» como mascotas, les rogaría que consideren el transporte de los mismos con responsabilidad y que se atengan a la legislación vigente consultando antes de ir al aeropuerto si se puede llevar y en qué condiciones hay que hacerlo. Al final el malo siempre es «el comandante».
Jubi eres un tío raro. Mira que tener un proboscídeo de mascota. Luego no te cabe en casa en Broto.
Ana, entiendo que ames y te gusten los ofidios, pero en un avión no encajan. Ya sabes que un alto porcentaje de personas temen (tememos) a las serpientes, lo cual no quita para que les dejemos vivir en su propio habitat. Pero no podemos forzar a los demás a compartir nuestras aficiones, como mucho hacerles ver nuestro punto de vista. Pero me parece estupendo que las dejes estar en tu finca. Un beso muy fuerte… y sin veneno 😉
adoro estos animalitos asi sean muy venosos admiro los colores y sufro mucho por que la mayoria de las personas los ven y corren a matarlos yo tengo finca y cuando encuentro las viboras y las corales las caso y las mando para que les saquen el veneno para que el cuidandero no las mate
Tengo un elefante de unos 7.500 kg de peso, está domesticado y puede servir las bebidas a los pasajeros, y si alguno se enfada con un trompazo lo acallamos, claro que verduras no vamos a poder distribuir, necesita unos 200 kilogramos en un día, así que, si las azafatas llevan un sombrerito con una imitación a las flores mejor que se lo quitemos.
Porfa… que no lo he declarado en la aduana…
Gracias, trataré de meterlo en una bolsa de plástico.