Miedo a Volar de Melendi

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¡Qué cosas!. Según ha declarado todo ha sido debido a su «miedo a volar». Pobrecico mío.

 Supongo que no ha tenido nunca ocasión de leer este humilde blog que, entre otras cosas, intenta paliar o eliminar dicho miedo a sus «dilectos» lectores. Tal vez tampoco conozca los cursos que se imparten sobre cómo superarlo, y ha optado por la «solución fácil» de tomarse unas copas con los colegas. ¡Lástima!. Las consecuencias de su decisión han sido catastróficas y deseo que se le aplique el código penal al que «tiene derecho» por su comportamiento. (leer lo publicado por: El MundoEl País20 Minutos ).

He visto personas con muchísimo miedo a volar cuya reacción nada tiene que ver con la del personaje en cuestión. Normalmente el miedo es «irracional», y como tal hay que tratarlo. No sirve decir que «no pasa nada», que volar es seguro, que el comandante es el mejor piloto de la compañía, que el avión es nuevo o que el tiempo es bueno. El que tiene miedo, lo tiene , y las explicaciones racionales no influyen en su sentimiento.

En alguna ocasión he «invitado», a las personas que abiertamente manifestaban a las azafatas que tenían mucho miedo, a hacer el vuelo en cabina. Normalmente «declinaban» la invitación para no molestar o porque preferían «no ver» lo que se cuece allí dentro. Las reacciones de estas personas parecían «aliviarse» al vernos la cara de tranquilidad con la que solemos estar en la cabina (cockpit). El lenguaje no verbal de nuestra propia serenidad hacía mucho más por ellos que lo que les intentásemos decir con palabras.

Cuando el miedo se convierte en pánico estas personas pierden el control sobre sí mismas y su actitud, lejos de ser agresiva, se convierte en una tortura propia que les lleva a manifestar no sólo alteración psicológica, sino diversos mecanismos físicos que les hace sufrir un auténtico «calvario» mientras dura el vuelo.

Probablemente alguno de vosotros se habrá enfrentado a los siguientes síntomas de pánico, bien en vosotros mismos o en alguien próximo con el que hayais viajado:

-Sudaración excesiva.

-Movimientos compulsivos de manos y pies, frotarse las manos, cruzar y descruzar las piernas, contraer los puños hasta clavarse las uñas,etc.

Respiración alterada, pudiendo llegar a la hiperventilación.  

Preguntar continuamente que cuánto queda, o si no va a pasar nada.

-Acordarse de los hijos, conyuges o familiares, rompiendo a llorar sin poder evitarlo.

Movimientos del cuerpo hacia adelante y hacia atrás de forma «rítmica» y continua.

Y manifestaciones más o menos significativas de mesarse los cabellos o agarrarse firmemente a cualquier objeto que tenga a mano, un bolso, el apoyabrazos o la mano del acompañante.

Ante una situación de estas características de poco o nada sirve hablarle del paisaje tan bonito o de lo bien que se lo va a pasar en cuanto llegue a su destino. Lo único que se puede/debe hacer es «hacerse presente» junto a la persona. Darle la mano, que sienta que estás ahí, hablar poco y hacerle notar que le comprendes. NO intentes convencerle de nada, y mucho menos decirle que es una TONTERIA que se comporte así. ¡Qué más quisieran ellos que no tener que sufrir tanto como lo están haciendo!. 

El miedo como «instinto básico» para la supervivencia de los animales, está grabado en nuestro «cerebro» desde los orígenes de la especie. Algo irracional se manifiesta cuando este mismo miedo supera un límite que podríamos considerar como normal. En ese momento la formación, la cultura, la educación dejan de ser los motores de nuestra mente y todo el cerebro actúa desde las partes más profundas de nuestro «aprendizaje» animal, así que de nada sirven los comentarios «humanos» y hay que «refugiarse» en lo más hondo de nuestra «caverna».

El caso más extremo que me ha tocado vivir fué en un vuelo hacia Barcelona. Hacia mitad de vuelo, la jefa de cabina me informó de que un pasajero se encontraba mal y que su acompañante le advirtió que el hombre tenía antecedentes cardíacos. Su observación de los síntomas le preocupó de tal manera que salí de cabina para intentar establecer la gravedad del mismo y en su caso aterrrizar cuanto antes en el aeropuerto más cercano posible. Cuando ví al afectado comprobé que estaba completamente lívido, ausente con la mirada extraviada y que no respondía a nuestras preguntas. El pobre señor se había vomitado encima y su aspecto general no hacía presagiar nada bueno. Una vez más coincidió que no había médico a bordo, así que poco podíamos hacer por mejorar su estado.

Decidí declarar «emergencia médica» y desde ese momento el control te da PRIORIDAD ABSOLUTA sobre cualquier otro tráfico. La torre de control pregunta el tipo de síntomas que has podido detectar para transmitirlos a los equipos sanitarios del aeropuerto y proveer ambulancia medicalizada si está disponible. Hacen una excelente labor humanitaria coordinando los medios médicos de que se dispone y agilizando el vuelo en la medida de lo posible.

Por nuestra parte ponemos el avión a «High Speed» (La máxima velocidad operativa del avión), intentamos ver el aeropuerto y evitar una aproximación instrumental y, una vez en tierra, rodamos lo más rápido que podemos hasta el aparcamiento. En cuanto el avión ha parado el primero en subir es un médico que se hace cargo del enfermo y se le evacúa a la ambulancia sin perder ni un instante. Y ahí se acaba generalmente tu labor y desconoces lo que haya podido sucederle a dicha persona.

Coincidió que, al día siguiente de los hechos, acudí con tiempo al aeropuerto para interesarme por el estado de aquella persona. Tuve ocasión de hablar personalmente con el médico que le había atendido y me informó de lo que le había pasado:  «MIEDO A VOLAR». Afortunadamente se recuperó de su malestar en cuanto se vió sentado en la ambulancia, le tomaron la tensión arterial, le suministraron un tranquilizante, charlaron con él y «le dieron el alta».

Su pánico había provocado en él una especie de «síndrome» con una serie de síntomas muy próximos o parecidos a una angina de pecho. La hiperventilación le había hecho no oxigenar adecuadamente y de ahí su lividez. El vómito añadido fué debido en parte a su nerviosismo y en parte a un mareo normal. Su propio miedo le agarrotó tanto que estaba «ido» y le impedía prácticamente hablar. Su tensión se normalizó en cuanto desapareció el stréss al que estaba sometido.

Como veis es un caso realmente extremo, pero no tan raro como pueda parecer. Bien es cierto que a la mayoría de personas no se les acumulan tantas alteraciones juntas, pero puede ocurrir… y ocurre.

Así que la próxima vez que alguien os diga que tiene miedo a volar, no dejeis de darle importancia.

Ojalá os sirva de guía para enfrentaros con una situación de miedo irracional. No sólo en un vuelo ocurren estas cosas. Hay situaciones en la vida en que nos podemos ver metidos en un fregado que no teníamos previsto y la SERENIDAD de nuestra reacción puede ser de gran ayuda para los demás.

Acerca de Carlos

Expiloto de líneas Aéreas, aficionado a las artes: Pintura, Literatura, Música, Fotografía, con ganas de divulgar aquello que he vivido a lo largo de mi experiencia profesional y humana..

22 respuestas a “Miedo a Volar de Melendi”

  1. Pingback: Supera el miedo a volar » Alas de Plomo

  2. Quechu, el primer paso para superar un problema es ser consciente de que éste existe. Y creo que tú lo tienes muy claro. No le dés más vueltas. Si has elegido hacer el viaje en coche me parece estupendo. Aprovecha para disfrutar del paisaje por los sitios que vayas pasando (No te despistes de la conducción). Pero piensa cuando estés de descanso y tomando un café o una cola, lo que habrías adelantado si alguien «profesional» estuviera llevándote en un avión. Un poco de tiempo para tí, algo de turismo tranquilo, unas compras de última hora o simplemente evitarte una paliza de conducir. De todos modos nada es obligatorio en la vida. Todos tenemos nuestros propios miedos y deficiencias pero ello no nos debe impedir ser felices. Si eres capaz de asumir el viaje de novios en avión, seguro que pronto lo aceptas para otro tipo de viaje. Y si no no pasa nada. Sobre todo sé muy feliz el día de la boda y que disfrutes del viaje de novios. Luego ya seguiremos hablando de cómo solucionar el miedo a volar. ¿Te parece?….

  3. Carlos, en tu contestación me dices que te lea durante los próximos 2 meses. Dime, dónde? No os lo vais a creer, pero he preferido ir a Alemania en coche que en avión.. Sé de sobra qué medio de transporte es más lento, inseguro, incómodo… pero el avión me crea mucho estrés antes de la boda, y prefiero pensar únicamente en los aviones del viaje de novios.. Así que la semana que viene, probablemente, saldré en coche hacia Alemania, día y medio de viaje. Me siento tan absurda y patética…

  4. Hola a todos:

    No se si me vas a creer pero te entiendo perfectamente. Ese horrible rato en el que el avión se va posicionando en la pista y oyes el “pi, pi” del aviso para que los auxiliares de vuelo se sienten… Y cuando empieza a coger velocidad? Madre mía… ya cuando dejas de sentir los baches de la pista, piensas: la suerte está echada, adiós mundo… y empiezan las palpitaciones y la sensación de que se mueve demasiado, de que no hay control sobre el aparato… Por no hablar del hecho de mirar por la ventanilla y pensar…”ojalá no subiera más… con esta altura basta”… Por lo menos, si se cae, que el sufrimiento sea corto y rápido…
    Luego, me pasa como a ti, cuando quitan la señal de los cinturones, me siento un poco mejor (es como si fuera la señal de “señores pasajeros, no nos la hemos pegado, pueden ir al baño a vomitar y/o relajarse y respirar”…

    Hace dos días, en mi trabajo me informaron de que tenía que realizar otra vez una sustitución en la sede que tienen en Elorrio, Bilbao, por lo que debería marchar (como otras veces ya he hecho), el lunes día 11 de agosto para allá. Esto implica tener que coger el primer vuelo de Iberia, a las 6:55 de la mañana desde Barajas hasta Bilbao.
    Son 35 minutos de vuelo exactos, pero… en mi mente no cabe esta lógica.
    Ni se me pasó por la cabeza el hecho de tener que estar sola en un hotel durante dos semanas ni el aburrimiento de estar allí sin mi gente… sólo veía al “Air nostrum” aparcado en el aeropuerto… Este modelo es el que me ha tocado en otras ocasiones y le odio… Si, muy bonito, muy elegante… Pero para verlo desde la ventana…

    Así que, ¿qué puedo decirte? Que te entiendo? No sé si será consuelo, pero supongo que, lo mismo que a mí me sucede, ayuda…

    Finalmente, me han dicho que no va a ser necesario esta vez, pero no descartan que en el último minuto la persona que va a ir se eche atrás…

    Sé que debería aprender, relajarme, enfrentarme… pero creo que es demasiado para mí o, al menos, demasiado pronto…

    Un saludo enorme…

  5. Quechu no sólo puedes superarlo, sino que conseguirás volar sin darle demasiada importancia. En cuanto a los momentos más peligrosos de un vuelo siguen siendo cuando te diriges al aeropuerto en tu coche. A partir de ahí todo es más seguro.
    Sí que eres como los demás, lo único es que tú tienes miedo a volar, pero no conozcpo ningún libro donde se defina que una persona que tiene algún miedo deje de ser persona por ello. Así que ánimo y sólo piensa en vivir tranquilamente y sin obsesionarte con el hecho de subir a un avión. Tampoco es obligatorio hacerlo. Pero los aviones vuelan perfectamente con un poquito de ayuda por parte de los pilotos para dirigirlos a su destino. Nada más. El resto lo hacen las leyes físicas.

  6. Muchas gracias por tus ánimos… ojala fuera cierto lo de poder controlar mi miedo. A veces me hablan de personas que tienen miedo al avión, que han decidido no tomar ningún vuelo más en su vida, y me parecen exagerados… así que puedo entender cómo me ven a mi las personas que me acompañan en los vuelos, se puede decir que me vuelvo loca, únicamente en el despegue. En cuanto quitan la señal de cinturones abrochados, me levanto enseguida a ver cómo están las azafatas, y trato de hablar con ellas/os para que me tranquilicen. Generalmente vuelo bastante bien (una vez alcanzada la altura de crucero), mi pánico es durante el despegue. Llevo ya 3 ó 4 días poniendome muy nerviosa al pensar que tengo que tomar proximamente un avión.. Es realmente patológico, sólo de pensarlo me entran palpitaciones. Me da mucha rabia no ser como los demás. No disfruto viajando, y me tengo que obligar para no frustrar a mi novio, a quien le encantaría dar la vuelta al mundo.
    ¿Es verdad que el primer minuto del despegue es el más peligroso? Siempre despego contando hasta 60, es horrible la sensación de imaginarme pendida del aire. Si pudiera superarlo.. pero no creo.

  7. Quechu sigue leyendome durante los próximos dos meses, tal vez no te quite el miedo, pero estoy seguro de que podré ayudarte a «dominarlo». Realmente ocurre algo paradójico con los «frequent flyers» (pasajeros habituales), y es que cuanto más vuelan más grande es el miedo que cogen cada vez. Normalmente este miedo se acentúa conforme se van adquiriendo nuevas y mayores responsabilidades, como por ejemplo al tener hijos. Generalmente esta responsabilidad te hace pensar más en lo que sería de los tuyos si tu tuvieras un accidente y sin embargo nadie piensa lo mismo a la hora de subir en un autobús o tren. Por ello te recomiendo a tí y a todos no pensar en el vuelo como algo «contra-natura», sino como una experiencia maravillosa a la que tenemos acceso nuestra generación. (Mi abuela ni llegó a conocer el mar). sin embargo para un piloto cuantas más «experiencias» ha vivido en el aire, mayor respeto y conocimiento adquiere, siendo capaz de controlar sus emociones de tal manera que lo único en lo que piensa es en su «pasaje» e intenta hacer el vuelo cómodo para todos. Y si el tiempo lo permite (como en los toros) conseguir que además todos disfruten del «paseo por las nubes». Piensa en que las islas del Egeo son maravillosas Kos, kios, Lesbos, Rodas, y por supuesto que Atenas. Busca información de todo lo que quieres conocer y no pienses en el camino que has de recorrer. Si quieres escalar hasta la cima, tendrás que subir el sendero…¡Fácil de decir!. Pero ánimo que los aviones vuelan porque tienen alas, como ya dije hace mucho tiempo… https://alasdeplomo.com/2007/03/27/%c2%bftienes-miedo-a-volar/

  8. Me he sentido muy muy identificada con Bea y con los síntomas del miedo a volar que comentaban al principio. Madre mía, sólo con leerlos ya me pongo a llorar y a marearme. Hoy he reservado el vuelo de avión para mi viaje de novios (no muy lejos, a Grecia). He cogido muchos aviones en mi vida, pero cada vez tengo más miedo. Sé que el hecho de tener que coger un avión al día siguiente me va a fastidiar la boda, tengo ya el corazón encogido sólo de pensar que ya tengo que coger un vuelvo, y será dentro de 2 meses, pero por experiencia, sé que me esperan 2 meses de calentarme la cabeza por culpa del avión y de pesadillas con aviones. Sólo me ocurre esto con los aviones. En los demás aspectos de mi personalidad, soy bastante serena, valiente y racional, pero el miedo a los aviones es horrible, lo paso fatal.

  9. Hola a todos:

    Muchas gracias por los ánimos, pero aún así me seguirá resultando tan complicado que, como os comentaba, me limitan…
    Me han ofrecido unos amigos viajar a Argentina y a Cuba otros, pero ni me planteo la posibilidad de hacer un viaje tan largo, por mucha motivación que me provoque…
    Lo que inmediatamente viene a mi mente es el hecho de tener una crisis nerviosa, ya que anteriormente me ha pasado, pero no es lo mismo sufrirlo en un vuelo de 50 minutos: Bilbao-Madrid o Santander-Madrid, que en uno de 8 o 9 horas… Me imagino llorando (porque ya ganas tuve en estos vuelos) y sin poder respirar con normalidad durante todo ese tiempo…
    El último vuelo que hice fue Lisboa-Madrid. Esa mañana ni tomé café porque sabía que esos nervios «extra» ni me hacían falta ni mucho menos.
    Llegué al aeropuerto con mi novio (al que por cierto le relaja mucho volar!) y ni siquiera tuvimos que esperar demasiado porque llegamos con el tiempo justo, por lo que los nervios de la espera me los ahorré.
    De todos modos, cuando despegamos, tenía la extraña sensación de que algo iba mal (supongo que es cierto eso que decían de que las películas de catástrofes aéreas han hecho mucho daño). No podía dejar de respirar rápido, aún intentando distraerme hablando o jugando con la PSP, leyendo una revista, etc… Cuando el avión cogía más o menos velocidad, lo notaba…, se inclinaba y yo lo notaba… y no hací más que preguntarle a mi novio si todo iba bien…
    Él me decía que sí, que me relajara, que no había nada extraño…
    Miraba hacia dentro, intentando pensar que iba en tren (como tantas otras personas), pero no podía, sabía que no era así. Veía a los ausiliares de vuelo paseando para aquí y para allá, pero pensaba: Se mueven demasiado, verdad? Seguro que pasa algo…
    Tenía unas ganas horribles de llorar y desahogarme, pero no lo hice por vergüenza, supongo, pero temblaba, me sudaban las manos, me agarraba a los reposabrazos como si eso me fuera a ayudar en caso de caída o algo parecido… pero no dejaba de pensar que el avión se movía demasiado y muy extrañamente…
    Parecía que no acababa nunca, que no llegabamos… y hasta me enfadé con mi novio porque no me sentía segura. Él, tranquilamente, leía una revista y me hablaba como si estuviéramos en casa… A punto estuve de decirle alguna barbaridad, supongo que para desahogarme y culpar a alguien de lo que me estaba pasando.
    Cuando por fin pidieron que nos abrocháramos en cinturón, ya pude empezar a mirar por la ventana, pero aún con sensación de mareo y vértigo. Miraba las casas y pensaba en por qué me estaba pasando esto si, debido a mi trabajo y a la suerte que he tenido, he viajado bastante en avión. Antes me encantaba, pero de un tiempo a esta parte, todo había cambiado…

    Hace meses desde entonces, pero muchas veces sueño con que viajo en avión. Al principio todo va bien, pero de repente, en el sueño me hago consciente de que estoy dentro de un avión y empiezo a agobiarme (supongo que será un modo de descargar estrés acumulado o algo así) pero en mi sueño intento poner medidas para superarlo, aunque nunca lo llego a conseguir.
    Creo que en mis sueños, también quiero superarlo para poder hacer todos los viajes que me quedan por hacer, pero no sé que más técnicas utilizar, ya que no me puedo permitir pagar los cursos que ponen a nuestro servicio las compañias.

    Un saludo a todos. Hasta la próxima.

  10. Bea, siento que tengas miedo a volar (en avión) porque, como tu bien dices no sólo se pasa mal durante el rato previo y durante el vuelo, sino varios días antes ya se anda preocupado por tener que coger un trasto volador. De todos modos te comento que esa gente que dices que está relajada y feliz antes de volar realmente están «tranquilos». Alguno puede tener un cierto reparo que no se ha convertido en fobia y por tanto facilmente controlable. Pero los «miedos irracionales» o fobias se convierten en un «reto» para quien los padece puesto que le impiden comportarse con naturalidad ante la situación que se los provoca. Animo y si eres capaz de disfrutar cuando vas bajando y te abrochas el cinturón es que estás por el buen camino para superarlo. Trata de imaginar la situación en ese momento cuando estás embarcando. O recuerda aquella bonita imagen de unas montañas nevadas a través de la ventanilla. O lo bien que lo pasaste durante las vacaciones después de ir en avión. Y si no acuerdate de alasdeplomo y empieza desde el principio.Besos y felices vuelos.

  11. Hola a todos y todas:
    A mi me pasa exactamente lo que dice nuestro amigo piloto.
    Desde el momento en que sé con seguridad el día y la hora en que es mi vuelo, empiezo a tener una sensación extraña en el estómago, que va y viene según el pensamiento. Trato de corregirlo, pensando en posibles estrategias que voy a poder utilizar en el avión para que no me entre el pánico.
    El día en que vuelo, estoy atacada, muy nerviosa, cosa que no mejora dado el estrés que provocan los aeropuertos con toda esa gente, las tiendas, las luces, el ruido…
    Cuando por fin entro en el avión, siempre me parece excesivamente pequeño para poder llevarnos a todos y volar con seguridad. Entro intentando respirar con normalidad, pero es imposible.
    La espera hasta el despegue es horrible, y cuando por fin despego, no tengo muy claro si es mejor mirar por la ventana o no. Cuando me toca ventanilla, miro por la ventana y veo con seguridad lo algo que estamos y la gran caída que tenemos, aunque sólo estemos a media altura…
    Si por el contrario, me siento en el pasillo, lo imagino todo, y encima tengo algo de mareo por no saber con toda seguridad si estamos inclinándonos para girar o estamos en caída libre…
    Sé que suena gracioso, pero os aseguro que es una de las peores sensaciones que he tenido en mi vida. Lo curioso de la historia es que sólo me pasa en el tiempo en el que estamos ascendiendo. Posteriormente me voy relajando hasta que, cuando nos piden que nos abrochemos los cinturones, me empieza hasta a gustar… es muy frustrante.

    Y más frustrante me resulta porque me encanta viajar y me gustaría poder hacer un viaje de horas de avión, largo y a lugares lejanos, pero el miedo que paso a “pasarlo mal como la última vez”, me quita todas las ganas.

    En fin…

    PD: algo que me resulta bastante irritante es cuando me encuentro rodeada de gente en el avión y, se supone, tanta gente tiene miedo, cómo es que todos parecen tan relajados y felices? Me hacen sentir como un bicho raro.

    Un saludo a todos.

  12. Pingback: Un caso de miedo a volar. |

  13. Cuando he leído tu post, me he visto en alguno de los síntomas, en la sudoración excesiva, el frío, los movimientos rítimicos, clavarme las uñas, el llanto involuntario, el acordarme de toda mi familia el agarrarme a lo mas cercano,…
    En fin, que como bien dices, se pasa al poner el pie en el suelo. Inmediato.
    Tampoco he llegado a vomitarme encima, ni me he puesto una manta en la cabeza, pero si tienes miedo lo peor para mí es mirar por la ventana…
    La solución o bien no volar o un lexatín y ponerme en el pasillo, para pensar que voy en el bus que me llevaba al colegio. Irracional? Sí, pero inevitable.
    Y lo de Melendi no tiene nombre.

  14. Por circunstancias de la vida no tuve oportunidad de volar hasta hace unos meses. En enero pasado volé hacia la República Dominica, casi ocho horas de vuelo. En la ida era de día y pude contemplar el paisaje, todo un universo de nubes, de cumbres, de tantas cosas maravillosas que se ven desde allá arriba. Supongo que el miedo a volar es algo inevitable, pero yo les aconsejaría a los que lo padecen que procuraran mirar por la ventana para contemplar el mundo que se divisa desde allí. En cuanto al caso Melendi, no sería muy severa con él, ya que su miedo lo justifica en parte y bajo los efectos del alcohol tampoco era muy responsable de sus actos. El tema ha sido grave, pero ¿para qué echar mas leña al fuego?.

  15. El sabrá,Victor. Si has leido la noticia completa se «permite el lujo» de decir que el pagará todo. Ojalá los pasajeros le reclamen también «daños y perjuicios» a los que tendría que hacer frente. Si tanto dinero tiene que lo gaste en «resarcir» a todos a los que perjudicó con su «borrachera» de alcohol o de lo que sea.

  16. Hice un viaje hasta Delhi con una chica que se tapó la cabeza con la manta antes de despegar y estuvo llorando hasta el aterrizaje. En ningún momento vi que tuviera una actitud agresiva, claro, que no era «cantante».
    Victor, Melendi da la impresión de tenerle miedo hasta al agua de la ducha.

  17. Pingback: Zaragózame! | Miedo a Volar de Melendi

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