Logroño está ahí, esperando que lo visitemos y lo disfrutemos , desde cualquier punto de vista que nos interese.
Empezar una visita a la capital del vino de Rioja por un museo de arte moderno podría parecer un contrasentido. Pero abrir la mente al arte, permite iniciar un viaje de adentro afuera, para ir pasando de la abstracción a lo concreto, poquito a poco.
Desde el volumen y las simetrías, los colores y las texturas, o un arte más conceptual como el que ofrecen estos días Christo y Jeanne-Claude, o las photoshophías de DDiArte, o el busto de Manolo Valdés, un Barceló… te hacen prepararte para nuevos descubrimientos en otros aspectos más concretos.
Este museo es una pequeña joya que nos regala el Grupo Würth (¡no se paga entrada!), y demuestra que el arte es una filosofía de vida empresarial cuyo beneficio radica en el desarrollo intelectual de los demás.
No os perdais mi pequeña colección de fotos del museo… algunas merecen un vistacillo.