Nadal manía

(La sonrisa de Nadal, autor foto: jgirl4858 )

No me considero nada mitómano, ni siquiera suelo aprenderme los nombres de ídolos o mitos de la mayoría de deportes o actores de cine. Pero tengo una excepción: Rafa Nadal.

Diría que le tengo un aprecio especial, desde que dió un importantísimo punto en aquella Copa Davis donde demostró de lo que sería capaz a partir de entonces, siendo todavía un adolescente.

Ahora anda batiendo records, vuelve a ganar dos grandes torneos en tierra batida, recuperando el camino de la victoria del que le habían apartado las lesiones. Y es que ver cómo lucha en una pista de tenis es siempre una lección de entrega y pundonor. Si a ello le sumas la humildad con la que recoge cada uno de los premios que se ha ganado, estamos ante un auténtico fenómeno mundial.

He disfrutado mucho viendo jugar a Federer (el maravilloso), hasta que Nadal se cruzó en su camino, y empezó a ganarle no sólo en tierra sino en pistas rápidas. ¿Cómo consigue todo esto?. Según él trabajando mucho y puliendo defectos a diario. Y así debe ser porque de lo contrario no hubiera podido mantener este nivel durante tantos años a pesar de su enorme juventud. A los 23 años ha logrado ya casi todo lo imaginable, parece un tenista que debería estar a punto de retirarse dado su enorme palmarés. Y sin embargo es a esta edad cuando un tenista bueno empezaría a hacerse notar.

En fin quiero felicitarle una vez más por el triunfo en Roma, pero no olvidemos que la historia de Nadal la va a escribir a partir de ahora y que todo lo que ya ha logrado no ha sido más que un aperitivo para lo que le queda aún por conseguir. Espero seguir disfrutando de su juego durante muchos años, y tal como es él seguro que todavía nos demuestra que le faltaban un par de detallitos que corregir y,cuando los acabe de pulir, sólo podrán igualarle aquellos que sepan sufrir tanto como él para continuar venciendose a sí mismo. Creo que sólo lucha contra un rival, contra sí mismo, y luego no se asusta con  el contrario porque sabe que alguno de ellos siempre le puede ganar y lo hará, pero él seguirá ahí animando a su propio Yo: ¡Vamos Rafa!