Noche Vieja

 

 

Andaba husmeando, «investigando» que diría Emilio Gil (Unjubilado), para encontrar significado a la noche de San Silvestre. Pero me ha sorprendido encontrar que se considera como patrono de los pobres y los sintrabajo  en una oración.

He repasado unas cuantas biografías del que fué Papa tras San Melquíades, y además de ser el primer santo no mártir, fué quien convocó el primer concilio Ecuménico en Nicea. Así que la celebración de su noche coincide con la de su muerte.

Establecer relaciones paganas con las creencias religiosas hace que muchas veces olvidemos el origen de ciertas «tradiciones» reconvertidas en meros puntos de referencia astronómica aplicados a los santos. También ocurre el fenómeno inverso, desligando cualquier sentimiento cristiano de nuestras celebraciones mundanas, y convirtiendo la fiesta en un auténtico culto a lo banal, al consumo y al becerro de oro.

La tradición de las doce uvas no tiene más que un sentido práctico para acabar con el excedente de este fruto en Alicante y Murcia, y tan solo tiene apenas un siglo de antigüedad.

Conforme el hombre antiguo se aficionó a contemplar el movimiento planetario y se adaptó a las estaciones, estableció el ritmo de vida en función de este cambio constante y armónico, hasta crear diferentes calendarios por los que regirse, y contar por cuarta partes el período de  traslación terrestre en torno al Sol, divinidad en diferentes culturas y estrella que nos permite existir.

De unos años a esta parte estamos dedicados a vulgarizar las fiestas, a quitarles la parte esencial de cambio de posición respecto al Sol, y desde luego que a olvidar la parte creyente de quienes se rigen por el Santoral.

Hacemos conjuros, establecemos sortilegios con el oro, quemamos la carga pesada de pasados sinsabores ingiriendo copas de vino espumoso -champán- mediante el método champenoise, copiado y creando una nueva denominación para lo mismo y que no es ni más ni menos que el cava.

Hoy San Silvestre se asocia con un nuevo fenómeno deportivo, en el que en chándal y zapatillas se reúnen a correr miles de personas por cualquiera de nuestras ciudades, y que no deja de ser otro escaparate publicitario para marcas de prendas deportivas.

Hemos asimilado tradiciones foráneas, ponemos aún el Belén pero junto al abeto, recibimos a Papá Noél mientras los Reyes Magos siguen su viaje desde Oriente y llegan algo más tarde, incluso estamos introduciendo las lentejas en el menú de esta noche, ponemos el rojo en forma de braga o tiramos trastos viejos por la ventana.

Hacemos de todo un poco, generalmente con la intención de olvidar los malos tragos pasados, recordar a quienes ya no están con nosotros «celebrando» el fin de año y sobre todo esperando que lo por venir sea mejor que lo por olvidar.

Sintais como sintais, hagais lo que hagais, celebreis como celebreis este cambio de ciclo, os deseo que no os falte lo esencial:  ALEGRIA de vivir. El resto es siempre por añadidura y con la esperanza puesta en que nos vaya mejor, os deseo de todo corazón que la Noche Vieja, sea sencillamente el comienzo de un nuevo día en el que podais seguir sintiendo que ese día es por sí mismo suficiente regalo como para apurarlo hasta la última gota… y así los próximos 366 días que va a tener el 2012. ¡Felices días!.

 

 

Acerca de Carlos

Expiloto de líneas Aéreas, aficionado a las artes: Pintura, Literatura, Música, Fotografía, con ganas de divulgar aquello que he vivido a lo largo de mi experiencia profesional y humana..

3 respuestas a “Noche Vieja”

  1. Vito yo me alegré mucho de encontrarme a un amigo y su familia justo cuando me recogía a preparar la celebración. También recuerdo otra en Barcelona en que la celebré directamente con ellos. Siempre hay ciclos, siempre completamos más de una órbita y acabamos dando vueltas en torno a los mismos «santos». 😉

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