Oferta y demanda

screenshot038.jpg

El libre mercado, o mercado libre, se mueve en función de estos dos simples parámetros. Tan simple que parece un juego de ruleta: Rojo o negro, par o impar. Mucha demanda = precio elevado. Mucha oferta = precio menos elevado (barato nunca hay nada).

Ahora parece que hemos llegado al punto de inflexión donde los grandes capitales hacen caja y se retiran a otras inversiones donde poder «especular» y seguir ganando mucho dinero. Hemos llegado al momento mágico de eliminar competencia y «arruinar» a quien se estaba llevando parte del pastel financiero a base de «arriesgar» por encima de sus posibilidades. Y eso pasa factura.

Ahora han dado el pistoletazo de salida y parece que alguien haya gritado aquello de: «Marica el último» (Es una expresión hecha, nada tengo contra el colectivo Gay). Hay que vender cuanto antes y dejarse unos cuantos euros en la salida, euros que ya recogerán los que tienen recursos para aguantar el tirón.

Son momentos de aguantar el tipo como se pueda, hay que olvidarse de lo que se «llevaba» ganado y no contabilizarlo como pérdidas. Mientras no lo convirtamos en dinero contante y sonante no hemos ganado ni perdido nada, nunca sabemos el valor real de una acción, sólo sabemos lo que hemos pagado por ella.

Los que han invertido en bolsa a muy largo plazo, sin afanes especulativos, dejarán que pase la tempestad y que la economía recupere su propio ritmo al cabo de unos días, meses o años. Los más «osados» que tratan de «rentabilizar» día a día o minuto a minuto, lo tienen más crudo. Incluso puede que tengan la mayor parte de su vida depositada en valores que se han desplomado repentinamente. Así que tienen que vender como sea, al precio que sea y llevarse algún mueble con el que poder sobrevivir.

Estas cosas pasan, pero lo peor del caso no es que unos inversores pierdan dinero o que otros lo ganen, sino que las empresas «serias» necesitan que sus acciones sean atractivas y coticen adecuadamente en los mercados, para poder financiarse y desarrollar sus objetivos, para seguir generando riqueza y mantener los puestos de trabajo. Estas empresas no son culpables de los vaivenes bursátiles, sino víctimas inocentes de un estado de nervios que les hace frenar en seco sus aspiraciones. Este es el auténtico peligro. Lo demás son anécdotas del cuento de «La lechera».

Claro que en España, NO PASA NADA. El vicepresidente económico hace días que tranquilizaba a todos diciendo que las crisis en EE.UU. no nos afectarían, que la Unión Europea tiene una economía fuerte, que España seguirá creciendo a pesar de la tendencia mundial (siempre ha sido diferente), y que, en definitiva, son poco menos que bulos económicos para desprestigiar al PSOE en plena campaña electoral. Si él lo dice será verdad. ¿O no?. A mí me huele a que es todo una maniobra del capitalismo americano, con su presidente Bush a la cabeza, para que los socialistas no revaliden los resultados electorales el próximo 9 de Marzo. Al fin y al cabo España amenazaba ya la supremacía estadounidense en materia económica, haciendo temblar los cimientos de Wall Street y liderando el mundo mundial en materia de exportaciones, balanza de pagos, exportación de tecnología y, cómo no, siendo el «number one» en ingresos por turismo. ¡Y eso Bush no lo podía consentir!.

Tranquilidad pues, que está todo bajo control, aunque los datos estén manipulados en las bolsas de todo el mundo.

Hoy no se puede dejar de leer la prensa económica: Expansión, Cinco Días, El Economista, The Wall Street Journal, The Economist,

Parece que todos contradicen a Don Pedro Solbes y es que no tienen ni idea…

Acerca de Carlos

Expiloto de líneas Aéreas, aficionado a las artes: Pintura, Literatura, Música, Fotografía, con ganas de divulgar aquello que he vivido a lo largo de mi experiencia profesional y humana..

2 respuestas a “Oferta y demanda”

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.