Ahora que los viajes exóticos están al alcance de todo el mundo, y a pesar de las precauciones que utilizamos como profilaxis mediante la vacunación y una serie de pautas de comportamiento para evitar contraer determinadas enfermedades tropicales, desconocidas por estas latitudes, es imposible evitar que ocurran casos como este de esta señora, a la que tuvieron que extraerle un parásito mediante asfixia…
¡Abstenerse de verlo los hipocondríacos o gente a la que le den asquete los bichitos!.
Vito, eso no evita que convivas con la cucaracha africana que suele pasear al atardecer por la playa…, en familia. 😉
Yo de Canarias no bajo!
David, cuando lo ví casi me da un patatús. No me suele dar asco casi nada. ni siquiera el gusano. Pero pensar que puedes notar el parásito vivo correteando por el cuero cabelludo… me dió un nosequé.
La verdad es que es espeluznante. Y la mujer parece tan tranquila. Ahora se le ventilarán mejor las ideas 🙂