Por fin Zaragoza ha abierto su mirada hacia el Ebro. Siempre se había interpretado el río como una frontera o barrera que separaba ambas orillas y que hacía más difícil el desarrollo de la ciudad hacia el Norte. Sin embargo, y a pesar de dicha conciencia, se desarrolló el barrio del ACTUR para acompañar a los tradicionales barrios del Arrabal, del Picarral y las Balsas de Ebro Viejo.
Ahora, con motivo de la Expo, se ha revitalizado el aprovechamiento de las riberas como zonas de expansión y parques para los peatones. La verdad es que el resultado está siendo un río al cual ya miramos de otra manera, y podemos disfrutarlo a placer, ¡hasta cuando llegan las riadas!.
Os dejo unas fotos de mi primera «incursión» en el parque y vereis el homenaje que se les ha tributado a las ranas. Si a alguno le apetece besarlas adelante, aunque no creo que se conviertan en princesas, resultan muy divertidas y constituyen una invasión pacífica de estos anfibios de fundición.
Ni qué decir tiene que la Pasarela del Voluntariado (diseñada por Manterola) luce muy bien desde este enclave. (Justo se inauguró dos días después de tomar estas fotografías). Dicen las malas lenguas que después de la Expo se llevan la pasarela, pero no se puede dar crédito a las leyendas urbanas…¿verdad?.
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En este caso, Carlos, tengo mi propia teoría. Los medios de comunicación aragoneses, en ese caso uno hablado de gran difusión, se han dedicado a decir que la gente lo llamaba así y así parece que va calando.
Lamia, yo no he hablado de ningún instrumento punzante en referencia al puente. Aún es más suelo ser siempre de la «oposición» a cualquier vulgarismo, así que no creo que llegue a llamarlo de ninguna forma especial. Tal vez seguiré llamándolo de Manterola, que me es más musical. Lo de llevárselo es cierto que me lo han dicho «fuentes ben informadas», o sea que «alguien» ha hecho correr un bulo al que se le va a dar pábulo de mil maneras. Tal vez algún experto en marketing nos pueda contar cómo funciona la publicidad «negativa» para dar más difusión a un producto.
No fastidies, Carlos. Espero que no se lo lleven. Por fin puedo pasar desde mi casa (en La Almozara) hasta el Actur sin tener que dar un rodeo de media hora.
Por otra parte, por favor, por favor, por favor… no hablemos del «pincho». Aunque sólo sea por mi origen geográfico, reivindico el nombre de Manterola o, en su defecto, del Voluntariado, que es como finalmente se ha bautizado. Por favor, por favor… abajo el pincho.
Sofi, me alegro de que te gusten las ranas, la verdad es que sorprende ver tantas de ellas repartidas por todo el recorrido y subidas entre la hierba, por el suelo, o en cualquier sitio del paseo.
Jubi, lo de que sigas buscando a la princesa en las ranas es digno de una mirada limpia que todavía cree en los cuentos de «hadas», ojalá la próxima te salga dando un beso a cualquiera que te rodea. Yo, por si acaso, te mando un beso.
Yo besé a una, pero me salió sapo y no veas, corriendo por la pasarela a La Almozara, allí me perdió de vista.
Yo ya he paseado por «El Pincho».
Saludos
Muy graciosas esas ranas, que carita de buenas ranas jajaja. bueno ya parece que las obras de la expo van teniendo mejor cara. La ciudad de Zaragoza va a quedar preciosa cuando estén terminadas. Saludos
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