Tranquilos que no me refiero al plástico que ensuciaba nuestras playas hace muy pocos años. Ahora la gente que acude a la playa o al monte, en general, se ha vuelto más consciente del daño que hacía tirando basuras al agua o en los senderos de montaña. Todavía queda mucho por mejorar, pero también es verdad que hemos avanzado muchísimo en este sentido. Aunque el plástico sigue invadiendo nuestras vidas sin apenas darnos cuenta de ello.
Al plástico que me refiero es al que llena las orillas de artilugios flotantes, velomares, salchichas, tumbonas, colchonetas, cubos, palas, etc., etc. Todo un lujo de plástico para nuestro solaz o disfrute de los ratos de «vuelta y vuelta» al sol. Practicamente todo está elaborado con derivados del petróleo, desde la bolsa con las «chanclas», a la neverita con los refrescos, pasando por los vasos del chiringuito o el envoltorio de las patatas fritas.
Por un lado habría que modificar nuestra percepción de lo «util» que puede ser todo lo que nos rodea en estas condiciones. Pero lo que no cabe duda es de que estéticamente resultan muy fotogénicos, «MUY PLASTICOS». Al margen de otras apreciaciones os ofrezco un chorro de colorido con formas variadas en plástico. Espero que sea una especie a extinguir.