Otra vez dando la «paliza» con las medidas de seguridad preventiva. Cada vez que surge un tema aeronaútico se activan las alarmas, se crea más confusión, se alimentan las quejas, y se enfrenta a la «opinión pública» a diversos debates que nada tienen que ver con el meollo de la cuestión. Cuanto más desconocimiento hay sobre el asunto, más caliente se pone el ánimo. La ignorancia nos convierte en defensores de lo absurdo, cuando no en cómplices de una tragedia.
He hablado ya en otras ocasiones de la reglamentación que afecta al transporte seguro de mercancías peligrosas por vía aérea. De cómo se trata un producto potencialmente peligroso para que, con el correcto «embalaje», se minimice o desaparezca el riesgo de su transporte. De cómo se advierte a quienes los manipulen del adecuado modo de tratar con un paquete mediante el «etiquetado» correspondiente. Y todo ello pensando en la SEGURIDAD.
Al tratar este delicado tema siempre lo he planteo de manera muy sencilla: tenemos dos bandos de personas, los buenos y los MALOS. Los buenos, esa mayoría de personas que trabajan en pro de la seguridad del pasajero, y los malos que son muy pocos, pero muy peligrosos. Los buenos tratan siempre de colaborar, y someterse a la disciplina de la ley, de la norma, y sufren con paciencia los inconvenientes y las molestias que se generan debido a la existencia de los malos.
Un potencial acto terrorista en un avión nos deja muy pocos recursos para tratar de salvar las vidas de nuestros pasajeros, y la nuestra propia. Estamos sometidos a la voluntad del asesino, y no hay que buscar ninguna razón para convertirnos en víctimas de su locura, sea cual sea.
El pasajero actual, es un ser electro-dependiente, un «homobateriense tecnologicus». Llevamos móvil (es), tablet, portátil, cámara, e-book, etc. y cada uno de ellos con su correspondiente batería de Ión-Litio. Hago un inciso, ¿sabiaís que un marcapasos cardíaco, no se puede llevar como equipaje y que sólo puede ir colocado en el usuario?. Alguna razón habrá, ¿no?. Sigamos. Decía que todos los aparatos tecnológicos en los que nos apoyamos hoy en día, tiene baterías, y las baterías van perdiendo capacidad y fiabilidad con su uso cotidiano. Casi todos hemos visto el resultado de un sobrecalentamiento de una batería, de cómo arden o estallan cuando no funcionan correctamente, bien sea por defecto o por mal uso, y el tratamiento que de ellas hace la normativa es muy específico y a veces hasta farragoso.
Hasta aquí solamente he hablado de los buenos. Pero ¿qué hacen los malos con una batería de móvil, por ejemplo?. A poca memoria reciente que tengamos en España, todavía lamentamos los atentados del 11-M en Madrid, en los que murieron muchísimos inocentes y varios miles resultaron heridos… (doloroso recuerdo de todos ellos). El ir y venir de noticias en aquellos duros momentos nos llevó tras la pista de los móviles, del robo de explosivos, de la sincronización de una operación de la que creo que nunca sabremos toda la verdad, y al final las cifras definitivas de víctimas que todavía siguen sufriendo por toda aquella locura que se activó mediante unos vulgares móviles…
Os pido disculpas por no dar más detalles de todo lo que han «inventado» los malos y de información confidencial que los cuerpos de seguridad dan a las compañías aéreas para operar con la máxima seguridad, tratando de evitar que algo indeseado pueda llegar a un avión. Ellos trabajan muy eficazmente, de manera callada y discretísima, evalúan las amenazas, observan el comportamiento de un sujeto que se sale de lo «habitual» en un flujo incesante de personas que deambulan por una terminal de aeropuerto y todo ello sin darnos cuenta.
Si ahora nos piden que colaboremos con ellos para evitar otra catástrofe, deberíamos hacerlo encantados, porque si no toda su labor no tendría ningún sentido y al final somos nosotros los que tenemos que asumir nuestra parte de responsabilidad individual para prevenir y evitar el mal.
Señores pasajeros les habla el comandante, bienvenidos a bordo y gracias por su inestimable colaboración con los cuerpos de seguridad a este vuelo que les llevará con SEGURIDAD a su destino…
Hola Carlos, que tal?
Me gustaria comentar alguna cosa sobre el tan comentado tema seguridad, chequeos etc.
Estoy totalmente de acuerdo contigo en cuanto a que debemos entender que los controles se hacen para minimizar la posibilidad de un ataque y que debemos colaborar aunque mas no sea por la egoísta razón de que es algo que nos afecta o afectaría directamente.
Sin embargo siempre me surgen dudas de como se hacen las cosas. La primera es esa molesta sensación cuando se atraviesa un control de seguridad de «miedo» de ser sospechoso de algo, de que te traten como posible delincuente. Como tu bien dices están los buenos y los malos y yo siempre pienso en esas situaciones frente el personal de seguridad…..joder tío, que estamos del mismo lado, no me mires/trates como si fuera un delincuente, haz bien tu trabajo y atrapa al malo!!!
Otra es la proporcionalidad, lo mas seguro para que no hubiera un ataque en un avión seria que todos voláramos en pelota picada esposados al respaldo de adelante…….suena a tontería, lo es, pero de ahí hacia abajo, donde esta el limite? Es algo proporcional que mi hijo de 2 anos tenga que levantar las manos para que lo revisen, yo creo que esto esta a la altura de mi propuesta anterior, creo que con que pase por el arco es suficiente.
Realmente me parece que muchas veces se esta, o intentando, matar moscas a cañonazos o lo que es peor enmendando fallos de otros lados o de personas que no hacen bien su trabajo y doy un ejemplo muy concreto. El casi atentado de navidades de 2009 en un avión que volaba a USA, yo estaba de vacaciones ahí casualmente, el malo era un chaval (nigeriano o kheniata no lo recuerdo) cuyo padre había avisado a la embajada que a su hijo se le había ido la olla, que posiblemente tuviera contactos con extremistas, incluso creo recordar que lo hizo dos veces. Y esa persona se subio a un avión a USA con explosivos en los gayumbos sin problemas? Claramente una, o mas bien varias personas no hicieron su trabajo en el enorme y millonario aparataje de inteligencia.
Un abrazo
Enrique
En efecto, Enrique, a veces hay demasiado «escrúpulo» por parte de algún miembro de seguridad, mientras que ante lo evidente parece que nadie se fija, como comentas el caso del «loquito» de los gayumbos.
NO es fácil mentalizar a los demás de la importancia de esta seguridad preventiva, cuando genera tantas «molestias», y menos aún hacerlo entender sin contar todo lo que se esconde tras esa labor policial…
En cualquier caso, proteger a todos de estos elementos es muy difícil (casi imposible), y aplicar las medidas que serían óptimas en cuanto a seguridad, harían todavía más complicado subirse a cualquier transporte público.
Por ponerte un ejemplo, la compañía israelí El Al, lleva muchísimos años acordonando policialmente a sus aviones en los aeropuertos extranjeros, revisando todo lo que se carga a bordo (carga y equipaje), y siendo sus embarques sometidos a vigilancia extrema. Pero saben que son objetivo de ataque permanente en cualquier momento en cualquier lugar…
Un abrazo.