Reparto de escaños

Una de las mayores dudas que tiene un votante es saber a dónde va definitivamente su voto. Muy pocos de nosotros acabamos de entender cómo se contabiliza nuestro voto particular, si queremos castigar a todas la clase política (o a una parte) no sabemos si votar en blanco, o anular nuestra papeleta, incluso pensamos en abstenernos.

La regla D’Hondt es dificil de asimilar y hasta que no se ha «simulado» algún supuesto, no te das cuenta de cómo los partidos con poco porcentaje de votos acaban diluidos y se quedan sin representación.

Todos nos preguntamos a quien votar, teniendo la intuición de que, aunque votemos a un partido determinado, al final es posible que nuestro voto acabe favoreciendo a los de siempre, a los mayoritarios. De hecho en la práctica vemos que el país «grosso modo» está casi funcionando como un parlamento bipartidista, al estilo Inglés, o de USA.

Por nuestras tierras la oferta es muy amplia y sin embargo acabamos en situaciones en las que un tercer grupo acaba haciendo de «bisagra» y mediante acuerdos puntuales decanta las acciones de gobierno hacia uno u otro lado…

Me gustaría ayudar a comprender este galimatías extrayendo algunas conclusiones que os sirvan de orientación, para que hagais lo que os parezca.

VOTO EN BLANCO: Los escaños que corresponderían al voto en blanco se reparten entre el resto de grupos parlamentarios. El voto en blanco no se añade a ningún otro tipo de votos. Es independiente y no es dirigido hacia nadie; no influye. Sin embargo el resultado en España sí influye, y perjudica claramente a los partidos minoritarios que se presenten, favoreciendo a los que más votos hayan recibido.

VOTO NULO: Los votos inválidos no influyen en la elección de los candidatos, pero sí constituyen un importante parámetro de la medida de la legitimidad política, tanto del sistema electoral vigente, como de los partidos y candidatos del país.

ABSTENCION: En general consiste en no colaborar con el sistema político actual. El uso más extendido es en su forma particular en una elección, no votando, con lo que el sujeto se atiene al resultado del voto de los demás electores. La abstención no es una de las opciones ante la toma colectiva de una decisión salvo que se llegue a un bajo porcentaje del escrutinio, en cuyo caso dichas elecciones serián deslegitimadas.

Hay algunos partidos reclamando un cambio de la Ley Electoral vigente, ayer día 15 se manifestaron miles de personas reclamando una Democracia Real Ya, circulan infinitos correos donde se pone en evidencia el descontento del electorado con un sistema que ya no satisface más que a los «profesionales» de la res-pública, el clamor popular quiere llegar a las urnas y sólo con vuestra decisión llegaremos a que nos represente alguien digno de nuestra confianza personal.

Cada uno que adopte la posición que quiera y que vote o no vote, que lo haga sabiendo si su actitud realmente satisface sus pretensiones.