Acabo de leer un artículo de Enrique Dans muy interesante sobre el funcionamiento oscuro del posicionamiento en Google. Y aunque soy un ignorante sobre tantos y tantos aspectos de internet, quería abundar un poco en éste tema.
Hace muchos años que pienso que ya hemos llegado y sobrepasado el punto de saturación, en cuanto a lo que somos capaces de «engullir». Me duele el dedo gordo de la mano derecha de tanto hacer zapping con la tele. Sin embargo es imposible no ver algún anuncio, puesto que cuando una cadena empieza a dar publicidad, las otras lo hacen de forma simultánea. En definitiva que nos los tragamos contra nuestra propia voluntad.
La foto con la que abro este post puede ser un ejemplo de lo que intento decir. ¿quién es capaz de separar un anuncio de otro en dicha foto?. Al margen de que los rótulos sean en chino, el cerebro nuestro simplifica tanto mensaje unido y nos da una imagen global del conjunto, un todo más o menos estético. Para «traducir» esa imagen hay que realizar un proceso mental de separación, búsqueda y concentración en una parte, que casi ninguno estamos dispuestos a realizar. Así que el objetivo de la publicidad queda disuelto en su propio abuso.
Disponemos de tantos medios de información que nuestro cerebro es incapaz de «digerirlos» por separado. Por eso ha desarrollado sus mecanismos de defensa ante tanta agresión visual y sonora. Busca la simplificación ante todo.
Lo mismo cabría decir de la información periodística. Prensa, radio y televisión nos bombardean constantemente repitiendo las noticias una y mil veces, hasta llegar a aborrecerlas. Pero ellos siguen «machacando» a todos con tal de meternos sus ideas en la «mollera». Al margen de las ideas políticas de cada cual, preparaos para la campaña electoral. Nos van a «abrasar» todos los partidos y candidatos. Y total que como no podemos atender a tantos «inputs» lo que vamos a votar va a ser lo que nos dé la gana.
Por favor , políticos, evitennos esa tortura.