Hoy es 11 M. ¿otra fecha más en el calendario?, tal vez sí. Lo que resulta lamentable es tener que asociar una fecha con un hecho tan dramático y luctuoso como la «masacre» que sufrimos todos hace ya cinco años.
Debo decir que lo primero es mandar a TODAS las Víctimas del Terrorismo mi cariño, mi tristeza y mi compasión hacia un sufrimiento inutil que les han provocado unos miserables que siempre me negaré a nombrar, por respeto hacia las víctimas inocentes y sus familias.
Pero aunque cinco años después se celebren actos de apoyo, unos decidan acudir, otros se abstengan de hacerlo, los más olviden el día y todos sigamos con nuestras vidas, hoy se me renuevan las dudas que sentí desde el primer momento.
La primera impresión fué que habían sido los de siempre, nuestros asesinos tradicionales. Conforme se iban conociendo más detalles todo parecía una trama en la que habían colaborado unos nuevos elementos junto a los otros de siempre. Poco a poco se dieron noticias, sospechas, desmentidos, acusaciones y, mientras tanto, iba creciendo el número de víctimas, la policía investigaba todas las posibles pistas para esclarecer la autoría y detener a los responsables.
Pero, hete aquí que de repente los localizan en un piso, todos juntos y llenos de explosivos y antes de ser detenidos se «autoinmolan» causando la muerte de un policía que estaba arriesgando su vida para luchar contra el crimen. A mí aquello de que unos terroristas suicidas pospongan su «sacrificio» hasta un momento más oportuno para llegar al paraíso algo más tarde que sus víctimas nunca me ha convencido del todo. Como tampoco que aparecieran y desaparecieran pruebas como por arte de birlibirloque.
Los juicios posteriores, las investigaciones inacabadas, las condenas a cuatro «pringaos» que sin duda tuvieron mucho que ver en el entramado en el que los metieron, las acusaciones y las mentiras que nos «inocularon» en vena sin gotero, todavía nos tienen atontados y algo mareados.
A mí no se me han aclarado las ideas, será que soy muy complicado, que mi mente busca demasiados cabos en una maraña de un solo hilo, pero sigo con las dudas. ¿Quienes lo hicieron?, y sobre todo ¿POR QUÉ?.
Parece que quedó totalmente respondido, pero yo -que no pienso en conjuras absurdas- todavía no lo tengo claro.
La única certeza que tenemos hoy por hoy es que 191 personas inocentes murieron hace cinco años en Madrid. Que miles de afectados tuvieron secuelas graves y a muchos de ellos todavía les duran y les han marcado de por vida.
Sus familias siguen recordando a los que desaparecieron definitivamente de su lado y que a los que sobrevivieron de milagro nunca se les podrá borrar el horror que tuvieron que soportar precisamente por haberse salvado de morir asesinados.
Por todos ellos, por los muertos y heridos, por sus familias y amigos y porque hoy NO ES UN DIA COMO OTRO CUALQUIERA, les mando mi cariño y mis dudas. Desde este pequeño rinconcito de un escritorio de un ciudadano que sigue teniendo sus dudas quiero mandarles con toda sinceridad un abrazo muy fuerte y decirles que yo tambien lo sentí muchísimo.
Yo no tengo dudas sobre el porqué. Nunca sabremos quién.
Todos somos víctimas porque sufrimos las consecuencias de la tragedia, la ausencia de los que nos fueron arrebatados tan miserablemente, el silencio que quedó tras las sirenas que nunca apagará el dolor de tanta injusticia. No hay consuelo posible, es nuestro destino, así está escrita la historia de España.
Descansen en Paz.
No había recordado la fecha, desde aquí quiero dejarles mi cariño a todos los que de manera directa o indirecta sufrieron en sus carnes la masacre del cruel atentado.