Transporte de un «fiambre»

Este testimonio de un piloto, Pedro Echenique desde Bolivia, formaba parte de un comentario en un artículo anterior, sobre transporte de cadáveres.  Creo que se merece un sitio más destacado y con su permiso os lo recomiendo por muchas razones. Por la forma en que describe el engaño y la manipulación de un empresario sin escrúpulos, del abuso que se comete sobre los pilotos cuando comienzan su andadura profesional por la necesidad de coger experiencia y acumular horas de vuelo, por la forma en que determinados viajeros pretenden hacer sus «negocios» aunque sea ocultando sus intereses reales, y porque además está muy bien escrito en un castellano boliviano maravilloso. Espero que os enganche como lo hizo conmigo.

Una vez me tocó trasladar un cadáver, no sabía que ya varios otros operadores de empresas aéreas se habían negado a traerlo, creo porque estaban enterados que ese difunto había sido asesinado hace ya muchos días atrás y por esa razón ponían pretextos a los dolientes que su avión (me refiero a los operadores) estaba en mantenimiento.

Bueno en ese entonces, años 1985, yo andaba desesperado de ganar unos pesos y el dueño del avión donde yo volaba también, así que él me oculto la situación real de esa carga y me pidió que fuera a recogerlos a los deudos y el difunto.

El vuelo era de una duración de aproximadamente tres y media horas, en un avión Cessna 210 y el lugar estaba ubicado en medio de la amazonia boliviana, más propiamente a San Matías, ya se pueden imaginar el terrible calor y mosquitos que había en aquel lugar.

Cuando llegué busqué a los dolientes y luego de encontrarlos me dijeron que ya tenían otro avión que los llevaría hacia Santa Cruz y que yo sólo me encargue del cadáver, además me llevaron, bajo el pretexto de que no había desayunado, a comer a otro lugar. Estaba solo y no lleve copiloto pues no se requería, dada la cantidad de las personas que trasladaría supuestamente, es así que mientras eso transcurría ellos y los panteoneros muy hábilmente fueron a desenterrar el muerto, lo sacaron de una fosa, lo envolvieron en una bolsa y luego de darle un montón de vueltas con cinta de embalaje lo metieron nuevamente en un cajón nuevo, pero que este no estaba bien cerrado herméticamente. Cuando llegue ya estaba el cajón en el avión y además………ahhhh le pusieron harto ambientador para que no se sienta lo oliscado que estaba el finao y unos buenos ramos de flores encima del cajón.
En ese entonces yo también estaba haciendo mis primeros vuelos y era nuevillo en esos secretos del vuelo.
Luego de revisar y ver mi avión, además de que en Bolivia eso de los papeles o documentación, no eran tan estrictos como ahora, por esto del narcotráfico, yo no lo tomé muy en serio y bueno al fin creí que estaba listo para decolar o despegar. Además ellos, los dolientes ya tenían otro avión esperándolos y todos estábamos apurados a retornar a Santa Cruz de Sierra, porque en esos lugares a veces sin avisar el tiempo le tira reverendos chubascos o mangones como se dice por aquí en Bolivia.
Una vez revisada la carga y verificar que estaba bien asegurado el cajón, encendí mi avión y enfile a la cabecera de pista (allí solo había un encargado o cuidador de la pista) ya en vuelo ascendí creo a casi 9000 pies porque allí no había muchas nubes que perjudiquen el vuelo, además les cuento que en ese ínterin ya estaba cayéndose el cielo en San Matías y pensar en retornar muy difícil. Creo que tampoco había necesidad, luego de varios minutos de vuelo fui sintiendo como el cajón se despresurizaba e iban saliendo todos los olores habidos y por haber de allí. Ya se pueden imaginar como sufrí esas tres y media interminables horas, no por el muerto que al fin muerto estaba sino por los olores que desprendía el compadre, y lo peor que podía pasar era que ese lugar no tenía ninguna pista entre medio para bajar y votar esa carga apestosa. Me aguante como pude las tres horas y media y luego de aterrizar en Santa Cruz tan solo atiné a apagar el avión y luego fui a votar todas mis ropas además de lo que había comido y después de unos días le di una trompada al dueño del avión y ese fue mi primer despido de un trabajo.

Acerca de Carlos

Expiloto de líneas Aéreas, aficionado a las artes: Pintura, Literatura, Música, Fotografía, con ganas de divulgar aquello que he vivido a lo largo de mi experiencia profesional y humana..

2 respuestas a “Transporte de un «fiambre»”

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