Un año más llegan las fiestas de Navidad, con sus alegrías y sus añoranzas, y todos sentimos que hemos vuelto a completar un ciclo vital.
Aparte de los nuevos modos de celebrar estas fiestas, Papá Noël, El Abeto, o las compras compulsivas de todo tipo, seguimos siendo fieles a una tradición ancestral: El Turrón. No hay mesa española que no ofrezca este delicado dulce típicamente navideño y cuyo origen se remonta muchos siglos atrás, tal vez durante la ocupación musulmana, y ya hay documentos fechados en 1541 que nos hablan de él.
Sea cual sea su origen, es indudable que el turrón no ha dejado de desarrollarse en cuanto a su elaboración y que, siendo fieles a la tradición, intentar aumentar su calidad tanto por las materias primas como por las texturas y sabores.
Este es el caso de los turrones de Sebastián Gil. El origen de esta marca totalmente artesanal se remonta a los años 1930, en los que el «abuelo» Sebastián, asumió el reto de fabricar dulces y caramelos en una España que necesitaba ser endulzada para paliar la «amargura» de unos tiempos difíciles. Comenzó fabricando «chupones» y caramelos, adoquines y «peladillas». Cuando consiguió consolidar su fábrica abrió nuevas vías y decidió producir repostería: pasteles, tartas, roscones y cómo no sus afamados turrones.
El secreto de su éxito ha sido siempre la calidad. La proporción entre la almendra, la miel y el azúcar ha de ser exacta. Cualquier modificación en ella redunda en una pequeña diferencia de textura o de sabor. Ni muy dulce ni muy sobrado de almendra. La cocción del mazapán o el horneado de la yema, el guirlache cocido en caldero de cobre, las frutas de aragón, la trufa de chocolate… ¡Todo se hace igual que hace 80 años!.
Sus dos hijos, Luis y Gil, continuaron con su amor por la fabricación de dulces y ampliaron el obrador hasta convertirlo en referencia de muchos pasteleros zaragozanos. Ahora sigue en la brecha la tercera generación GIL y ya apuntan algunos miembros de la cuarta. Siempre con el mismo fin: ante todo la calidad. Para ello hay que esperar a degustarlo en estas fechas, todo se elabora a diario y se sirve apenas sacado del obrador. No hay conservantes, así que muchos días es dificil encontrar el turrón preferido por nuestros paladares. En ese caso se garantiza que al día siguiente volverá a haber recién hecho.
Este año, con la inestimable labor de John, estamos preparando nuestra página web(http://www.turronessebastiangil.com) para que nuestros clientes tengan la posibilidad de ver nuestros productos desde la red. Pretendemos que durante el año 2008 puedan hacer su compra o simplemente una reserva a través de dicha página. Sólo han cambiado las posibilidades de la técnica. El turrón sigue siendo el mismo desde el día en que Sebastián Gil se hizo continuador de una tradición centenaria.
Nuestros fieles clientes «de toda la vida» apreciarán el esfuerzo por facilitarles la compra y ,los que nos descubran por primera vez , tendrán oportunidad de descubrir la tradición del turrón navideño desde el corazón de la Zaragoza Antigua.
Un año más podeis visitarnos en Don Jaime I, nº32. Para que podais celebrar las Navidades como toda la vida.
Podeis ver una pequeña muestra, de ayer mismo, en estas fotos (también caseras).
Mi abuelo materno, fue emprendedor, y era el alma y corazón de estos turrones, y sus hijos, Luis y Gil, siguieron sus pasos hasta que ellos se fueron a otro sitio, llamado cielo, y desde allí contemplan lo que hay, en el negocio, pero no más generaciones han continuado, salvo hace unos años. Vamos siempre el turrón, ayuda con champán aragonés, o sidra asturiana a saborearlo mejor. Feliz Navidad, aunque diezmada por un virus maldito, que entre todos tendremos que vencer.
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A Jorge, Marisa y Juan: Gracias por vuestras palabras de apoyo. Me encanta ver que disfrutais de ellos. No dejeis de hacerlo.
Mi padre decia que solo los de su pueblo (Sádaba) eran mejores.Muy buenos y con un precio más razonable que otros que parecen sumarse al carro de la inflación
De verdad son los mejores turrones que he probado, me alegro de lo de la venta por internet (el año que viene)
¡Espectaculares!. Si no los has probado nunca, hazlo. Mi abuela ya los compraba, y la navidad sin los Turrones Sebastián Gil, no sería lo mismo.
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