Una vez más me remito a las definiciones que nos da el DRAE para entender el significado de usura. (Del lat. usūra).
1. f. Interés que se lleva por el dinero o el género en el contrato de mutuo o préstamo.
3. f. Interés excesivo en un préstamo.
4. f. Ganancia, fruto, utilidad o aumento que se saca de algo, especialmente cuando es excesivo.
Ahora ya sabemos de lo que hablamos y por tanto cualquier préstamo dinerario que obtenga beneficio de él puede ser considerado como usurario. Pero estamos tan acostumbrados a las hipotecas, los embargos, desahucios y/o renegociaciones de deudas que hemos perdido la perspectiva de lo que implica en el fondo contraer una deuda: «ESCLAVITUD».
Ayer mismo hablaba con unos amigos de la situación económica actual, ambos eran parte activa en la burbuja especulativa inmobiliaria, y ambos han visto cómo su vida cambió «de repente» cuando la crisis se desató con total e imparable furia. Uno fue y es arquitecto, el otro empresario subsidiario de material de obra. Ambos, como muchísimos más trabajadores relacionados con la construcción, de un día para otro se vieron privados de su trabajo o de su negocio, pero siguen luchando por sobrevivir como buenamente se puede.
No son casos aislados desgraciadamente, ni siquiera es el único sector económico que se desplomó súbitamente, sino que son «unos de tantos», y de una u otra manera llegamos ayer al convencimiento de que a pesar de todos los pesares eramos en cierto modo unos «privilegiados» al poder seguir cubriendo gastos y hacer frente a la vida con más o menos DIGNIDAD, sin tener que acudir todavía a los contenedores en busca de comida o acudir a un comedor de CARIDAD a diario.
Hoy otro buen amigo, Isidoro, de La Posada de Villalangua, pone en el Facebook una nota de ALERTA avisando de los riesgos de acudir a determinados «gestores» de deudas con falsas promesas y con anticipos de dinero para mitigar el agobio que siente un deudor si no puede hacer frente al pago de las mismas, tras haber «negociado» con su banco un arreglo transitorio o una relajación de la presión en tanto sigamos bajo la PENITENCIA de esta crisis tan larga y profunda…
Cuando un trabajador honrado llega al límite de su capacidad de pago, y su única manera de salir p’alante es mantener abierto a toda costa un pequeño negocio que le permita subsistir, es cuando la desesperación y el «clavo ardiendo» le llevan a tomar decisiones poco «racionales» y desgraciadamente hacer bueno aquello de que «fue peor el remedio que la enfermedad»…
Isidoro nos pone sobreaviso en relación al CIRCULO GACELA, y me he metido a ver quien hay detrás de ellos. Sin duda los foros nos dan varias claves de cómo funcionan estos u otros grupos de prestamistas, usureros, negociadores, estafadores, avaros, malversadores o simplemente carroñeros. Todos ellos saben mucho de psicología, de cómo la fe en uno mismo te hace creer que vas a mover las montañas, o que con una asesoría «experta» vas a poder solucionar algo que te ha quitado el sueño durante muchísimas noches, y por tanto tu juicio y tu razón están «alterados».
Siento una rabia interior que no sé explicar. Vuelvo a sentir en mi carne que el «hombre es un lobo para el hombre», que la condición humana no merece que existan seres a los que consideramos congéneres, pero que son sencillamente extorsionadores, y sacan provecho de aquellos a los que las circunstancias les han hecho caer en esos «cantos de sirena» movidos por la NECESIDAD.
Y vuelvo al principio de este artículo USURA, en su acepción primera: Interés que se lleva por el dinero o el género en el contrato de mutuo o préstamo. Y a mí me encaja plenamente en lo que hacen todos los BANCOS, en su labor diaria… ¡maldita sea!.