Vagabundear

Es hora de echar a andar, hacia cualquier lado, hacia donde nuestro corazón nos guíe.

Estoy harto del desánimo que nos quieren «inculcar» a través de los medios de comunicación «oficiales». Nos asfixian con la prima de un tal Riesgo, nos atontan con el IVA, con la paga de Navidad, y nos tienen «acongojados» (con los congojos en la garganta) a base de crisis y de paro.

Me niego, una vez más, a someterme al dictado de sus trapalas, a dejarme amilanar por una economía basada en que todos pierden y la banca siempre gana. ¡Que les den morcilla a todos!.

Mariano tiene lo que se merece, por haber dejado hacer, sin chistar. Rub Al Khabah, sigue copiando las técnicas de Rasputín o de Richelieu, y poniendo cuñas al engranaje que se nos ha oxidado y que cada día funciona peor, nuestro Estado de desecho (derecho).

Seguimos soportando sus desmanes, sus chanchullos, inundando las redes de correos, de mensajes de buenas intenciones, de rebeldía social, de quejas y de destape de acciones que no son otra cosa que NEPOTISMO. Y con eso parece que hacemos algo por un cambio social cuya necesidad ya es perentoria.

Cada vez escribo menos y pienso más, cada vez me vuelvo más introvertido y menos dado a dar mis alas a tanta inmundicia parlamentaria. Tampoco me consuela un triunfo de la selección española de fútbol, y mi adorado Rafa Nadal se ha machacado la rodilla.

Así que vuelvo a mi origen, a la música, esa gran pasión que siempre me ha dado felicidad, y retomo a Serrat con una lección de Resiliencia, de seguir hacia adelante olvidando aquello que no le quepa en su guitarra…

Dentro de nada volveré a pulsar el do, re, m,i fa, sol en el piano, y con cada pulsación se irá un lastre más de las alas de plomo.