No sé, no sé pero conforme pasan los días me voy mosqueando más con el tema del Puente de Piedra.
Ya han desalojado a los «protectores» de su estado actual y gracias a otros blogs hemos podido ver las imágenes (fotos y vídeos) de su estancia y desalojo. Finalmente les han aplicado la ley de «acampadas» considerándola ilegal. El cuerpo jurídico del Ayuntamiento ha encontrado la vía legal de hacerles abandonar el lugar. ¡Ya se han ganado el sueldo del mes!. Evidentemente eran un gran peligro para el equilibrio ecológico del cauce.
Lo llamativo del caso es que cuando las obras de interes público van más allá de una necesidad real, salvo la de ciertos políticos, todo se acelera y las tramitaciones legales se hacen a una velocidad de vértigo. (Y eso que la mitad por lo menos de funcionarios deben estar de vacaciones, incluido el propio alcalde).
Ay las prisas…
Tanta celeridad me enciende más dudas de su oportunidad, haciendo que piense que quieren actuar una vez más con la idea de hechos consumados. Una vez hecho el desaguisado ya no tiene remedio.
He buscado algo de material científico para ver cómo podría afectar el rebaje de los cimientos a las fuerzas que actúan bajo el puente y cómo éstas afectarían a la erosión que sufre el mismo.
La verdad es que se escapa de mis conocimientos de hidrodinámica ( espero que de los vuestros ) pero cuando se realizan grandes obras hay que estudiar estos fenómenos con sumo cuidado, ya que de su correcto análisis depende en definitiva la supervivencia del puente y de nuestro legado cultural.
Y no quiero ser malo pero con lo del derrumbe en el Seminario, me da que los estudios de «estabilidad» de los técnicos del Ayuntamiento no son todo lo exactos que deberían…
Y ¿Ahora qué hacemos para impedirlo ?. Acampar no podemos. Ocupar el río…
Quizás no sea tan descabellado como parece en principio pero ¿Organizamos el descenso del Ebro en piragua?. Si ha de ser navegable que lo sea desde este momento. Miles y miles de piraguas todo el día arriba y abajo, del azud al puente, del puente a la Expo, de la Expo al puente, como en la oca. Tal vez si reclutamos a los del descenso del Sella seamos capaces incluso de batir algún record de permanencia en canoa.
Pero me da la impresión de que debemos hacer legalmente algo más que dedicarnos a observar cómo son desalojados unos pocos «resistentes» a las tropelías y alcaldadas.
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