Permitidme empezar liberando tensiones… ¡Joder, Joder, joder!
Lo siento mucho pero tenía que hacerlo. Me enteré ayer de que Spanair ha dado el «pistoletzo de salida» a lo que me temo va a ser la primera carta del castillo de naipes que empuje a las demás hacia el suelo. Y lo hace «a lo grande», ¡más de 1000 empleados a la calle!, como el que se toma un café sin bollo para ahorrar en el desayuno.
Muchas veces os he explicado ya lo que influye el precio de combustible en la operación de un avión. Cualquier incremento en un litro, multiplicado por los miles de litros que carga un avión, multiplicado por el numero de aviones que opera una compañía, multiplicado por el número de días, multiplicado por…»X», nos da que con un sólo céntimo de incremento por litro a cualquier compañía le supone un «coste añadido» de muchísimos miles de Euros.
Tenemos montado un sistema económico-político, donde el «ansiado» y necesario puesto de trabajo está siempre bailando en la cuerda floja por culpa del petróleo. Los paises productores lo tienen tan claro como que tienen a la economía mundial agarrada por los… ¡depósitos… de espermatozoides!.
He insistido hasta la saciedad en que la aviación es uno de los primeros indicadores de la marcha de la economía, puesto que el margen comercial en el que se mueven es tan exiguo que apenas hay capacidad de maniobra. Dependiendo del respaldo económico de una compañía puede aguantar una pequeña o gran crisis durante un determinado período de tiempo, siempre más corto de lo esperado.
Spanair ha sido siempre una gran compañía de aviación, a pesar de que en todos los sitios haya más de un «cerebro» de las finanzas que consigue acabar con lo que le pongan por delante. Decía que Spanair ha contribuido al desarrollo de la aviación comercial española en cuanto que se consolidó pronto como una buena compañía chárter (con el respaldo de SAS) , e inició la competencia con Iberia en el mercado regular y generando riqueza para el conjunto del país. Inició también un ambicioso plan de renovación de flota, inacabada por problemas financieros, sustituyendo los MD-82-83 por los más eficientes Airbus e incorporando varios Boeing 767 para sus vuelos transoceánicos y finalmente los Boeing- 717. Pero… a pesar de todo ello le ha llegado el momento de soltar lastre. Y como siempre ocurre en todas las empresas, el mayor lastre son sus empleados, así que a la calle con ellos.
Creo que algún economista debería estudiar otro libro distinto para salvar a una compañía de la quiebra. O a lo mejor es que les falta imaginación, pero siempre pagan el pato los mismos: «Los trabajadores». ¡Qué pena!. No digo que sea fácil, pero lo de los Expedientes de Regulación de Empleo siempre son dolorosísimos para cualquier familia trabajadora. Si habeis pasado por ello sabreis de lo que os hablo, y si no pronto podreis vivirlo muy de cerca, porque esto no ha hecho más que empezar.
Siento ponerme tan agorero, pero llevo pasadas ya varias crisis (o ¿desaceleraciones zapateriles?) económicas, me ví inmerso en un ERE, me mandaron al paro por «díscolo» aprovechando una pérdida de licencia por enfermedad, he vivido el despido de compañeros por razones económicas, en fin que lamentablemente sé de qué hablo. Y cuando las barbas de tu vecino veas pelar…
Las crisis en la aviación no sólo afectan a los pilotos (o personal de vuelo en general), sino que afectan a todo un grupo de trabajadores que también se van al paro de cabeza: «mecánicos, coordinadores, agentes de handling, limpieza, venta, facturación, catering, administrativos, maleteros, conductores de autobuses (jardineras), etc». Y todos ellos sin movernos del entorno próximo a la operación del avión dentro del aeropuerto; porque, ya fuera de la terminal, afecta a los taxis, autobuses de turistas, hoteles, restaurantes, discotecas, museos, cines,etc… Quiero decir que, cuando un avión deja de volar, hay mucha gente detrás a la que le afecta sin darse siquiera cuenta de que su propio puesto de trabajo depende de ése avión de marras. La economía está montada así, el dinero tiene que circular para que todos podamos vivir, en cuanto los billetes se toman un descanso en el viaje al resto sólo nos queda el PARO.
Siento mucho que se hayan cunplido las previsiones que hice y anuncié justo antes del verano, pero era algo que estaba cantado lamentablemente y desde aquí me gustaría hacer llegar a mis compañeros y amigos de SPANAIR (que son muchos y muy queridos) un fuerte abrazo y desearles muchos ánimos en estos momentos tan duros que van a vivir. Y al resto de «camaradas» un ¡Ojito al parche! porque esto desgraciadamente no acaba aquí. Si no, ¡tiempo…! eh sesudos gestores de Air Nostrum, ¿Ya estais haciendo cuentas de cuántos os quereis cargar, a parte de los del comité que os intentó montar la huelga a los que imagino que les quedan breves?. Ya nos ireis avanzando cositas, majetes.
me paresio muy bueno……—-
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Tu lo has dicho, cuando las cosas se ponen feas las empresas lo arreglan despidiendo empleados. Sinceramente creo que debe de existir un sistema mejor para paliar las crisis que ese.
A río revuelto….
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