Z-30

Zaragoza es una ciudad «moderna», «innovadora», «limpia», «ecológica», «ciclista» y «pionera» en todo lo que a avances para contribuir a paliar la contaminación aparece en el mercado.

Fuimos la primera Comunidad en la que se implantó la TDT y disfrutamos de las maravillas de una televisión de gran calidad de imagen. Claro que hubo que comprarse decodificadores de señal, nuevas antenas… pero mereció la pena. Ahora somos capaces de ver la nariz de «una» perfectamente deformada y ver interesantísimos debates sobre si «fulana» dejó a «mengano» o si los ladrones son «gente honrada».

Estamos instalando un tranvía moderno, no contaminante (si exceptuamos que producir energía eléctrica para que circule, tiene un coste económico elevado, y su producción genera también residuos nucleares en Francia, en donde compramos mucha de esta energía). Pero cuando recorra nuestras calles será un auténtico lujo llegar hasta la Plaza de Aragón, bajarse para hacer transbordo y poder entrar al Corte Inglés sin generar un tráfico de vehículos innecesario y molesto, a la par que antisocial.

Tenemos justo al lado uno de los campos de energía eólica más destacados (lamentablemente destacados por la corrupción), pero que han hecho de «La Muela» un auténtico paraíso voltáico.

Hicimos una Expo que fué la que desatascó la inversión pública en infraestructuras y que en cuanto se alquilen los edificios seguro que genera mucho negocio y convierten a Zaragoza en un lugar «clave» para el desarrolo económico de la zona Euro.

Nos gusta tanto el fútbol que llevamos hablando de un nuevo campo del orden de dos décadas. Hemos pagado ya varios proyectos, hemos recalificado terrenos para poder situarlo adecuadamente, hemos pensado tanto que, al final, nos hemos olvidado de que el equipo que debería jugar ahí está a caballo entre la Primera y la Segunda división. Pero el fútbol ha dejado de ser un deporte y por eso lo que cuenta es que la ciudad tenga un estadio como «se merece».

Ahora, como no podía ser de otra manera, vamos a ser los primeros que circularemos a 30 Km. por hora en la ciudad. Así que pronto saldrán a la venta un montón de coches que no sirven para nada. Entre ellos los míos, ya que a pesar de vivir en las afueras, que nuestra zona dispone de una magnífica lanzadera que te acerca a las zanjas en un amén (con la página de TUZSA sabes en qué momento exacto salir de casa, ya que la frecuencia es de 20′), así que te evitas esperas en la parada, «joreándote» mejor que el Jamón D.O. Teruel.

Estoy en negociaciones con un tratante de ganado, que todavía dispone de un par de mulas, para ver si acordamos un precio razonable. A mí lo de la bici me da un poco de miedo, lo reconozco. Tal vez sea que las piernas que tengo no den para subir algunas pequeñas cuestas. O que con un cierzo de apenas 70 km./h siento que me voy a caer bajo las ruedas de un ECO-BUS. O sencillamente que soy un vagazo de cuidado. Pero como no me llegue el carril bici hasta la puerta de casa, no tengo agallas para meterme entre el tráfico ni con casco.

Estoy recorriendo los pueblos vecinos en busca de una galera en buen estado, porque cada mañana tengo que llevar al cole a tres chicas, y los cuatro en una mula me da que no cabemos. Así que muy pronto pediré un permiso de circulación para este nuevo medio de transporte ecológico. Ya estoy acondicionando una habitación como cuadra, tengo el pesebre medio montado, el abrevadero me está causando algún quebradero de cabeza, porque tengo que levantar todo el suelo para meter el desagüe, pero dentro de nada estará listo.

Los chicos están encantados de la vida, porque se han hecho mayores de edad, y salir de fiesta en mula es mucho más seguro y barato que en taxi. Y creo que este animal les gusta más que «El búho». Una vez entrenado, seguro que los trae a casa sanos y salvos a una hora «prudencial», sin tener que esperar eternamente un bus, o pagar 12 €, que cuesta un taxi con los extras de finde y nocturnidad, de momento no pagan alevosía…

Estoy encantado de la vida porque me voy a ahorrar un pastón en gasolina, mantenimiento, seguros, impuestos, reparaciones, multas, ticket hora, etc. Y además podré tomarme un par de cañas y dejar que la mula conduzca por mí.

Agradezco de verdad que se preocupen tanto de nuestra seguridad, y que podamos circular todos mezclados sin riesgo para nadie. Compartiremos calzada los peatones, las bicis, los coches, el travía, los Buses, las motos y… los carruajes. ¡Qué maravilla! y todo sin que ninguno de nosotros asuma ningún tipo de peligro.

Ah, tengo un amigo que hizo la mili en Regulares, y que se sacó el permiso de camellero… creo que está pensando en traerse uno de Canarias. Y es que en Zaragoza vamos siempre en cabeza de cualquier innovación…