¡Mayday,Mayday!. Avión desaparecido.

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Si habeis leido mis memorias de Africa, habreis visto la cantidad de ofertas de safaris que existen. De entre ellas, uno de mis compañeros , Fernando, aragonés también de los buenos, optó por una de tres días en las proximidades de Nairobi.

Había aprovechado el viaje para que su mujer y su hijo de unos 12 años tuvieran la posibilidad de disfrutar con él de tanta maravilla. El viaje incluía el traslado por avión desde Mombasa a Nairobi, dos noches de alojamiento y el regreso.

Como ya había insinuado, los medios aeronaúticos son escasos, así que la navegación se hace fundamentalmente «en visual». En el avión que los llevaba iban también una pareja, creo que reciencasados y el piloto autóctono. Fernando, como piloto, fué invitado a ocupar el asiento de «copiloto» y emprendieron viaje hacia Nairobi con gran ilusión.

No recuerdo con exactitud la duración estimada del vuelo pero pongamos que no llegaba a las dos horas. Al cabo de una hora deberían haber visto el Kilimanjaro (en el mapa lo señala la flecha), pero no fué así. El piloto les tranquilizó mostrandoles sobre el mapa el curso del río que estaba siguiendo como ruta. Pero… tras la época de lluvias los cursos de los ríos se modifican de tal modo que incluso abren nuevos cauces muy alejados del original. Al cabo de un buen rato el «mosqueo» incluía al propio piloto que comenzó a dar vueltas sobre la posición para intentar «orientarse». ¡Se había perdido!.

De nada servía tampoco la gran experiencia de Fernando, puesto que no conocía la zona y no tenía ninguna ayuda de navegación instrumental para poder determinar su posición. Así que descubrieron una pista de aterrizaje, se dirigieron a ella con intención de repostar y proseguir su vuelo una vez ubicados.

Ahí comenzó una terible odisea. Nada más parar el avión fueron rodeados por un grupo de soldados nativos, armados, que a gritos los llevaron a un barracón. Por supuesto que no hablaban inglés, así que no sabían lo que pasaba porque al piloto lo habían separado del grupo. Los pasaportes  «requisados» , hablar con la embajada imposible, teléfono no sé si había pero desde luego no tuvieron opción de llamar. Así que no les quedaba más remedio que esperar que todo se aclarara con muchísimo miedo instalado en su cabeza.

Mientras tanto llegó a la compañía la información de la desaparición de un avión en Kenia. Se había iniciado el operativo de alerta al transcurrir el tiempo de hora de llegada sin tener noticias de dicho avión. El control de Nairobi no había recibido ningún aviso de radio ni habían podido localizar al avión, por lo que se declaró oficialmente la desaparición del vuelo. Los servicios de localización y salvamento del país imagino que no eran de los más sofisticados, así que por parte de la compañía se organizó un plan privado de búsqueda. Un equipo de pilotos de la compañía iba a desplazarse a la zona para organizarla, dirigirla y localizar lo antes posible el avión desaparecido. Pero el tiempo corría en contra y la organización de este tipo de situaciones no es nada facil.

Mientras tanto nuestros desaparecidos llevaban ya 48 horas «retenidos» en alguna parte de Africa, que resultó ser Tanzania, sin comer y sin beber (por miedo a contraer cualquier enfermedad por culpa del agua) y poco a poco más temerosos de lo que pudiera ocurrirles. Cuando todo parecía indicar que, si no los mataban, habrían de permanecer allí hasta que alguien pagara por su rescate, apareció el piloto con cara de preocupación pero relativamente tranquilo. Les explicó que habían tomado tierra en una «pista» fronteriza de Tanzania y que al principio les habían tomado por «espías». Habían comunicado con sus superiores para ver lo que había que hacer, pero ya os he dicho que el «ritmo» de vida es muy pausado, así que la comprobación de los pasaportes, datos del vuelo, etc. había llevado más de dos días. Suerte que los soldados eran del ejército regular y no uno de los infinitos grupos guerrilleros que abundan por toda Africa, así que aunque tarde todo pareció que iba a tener solución.

La actitud de los soldados se hizo menos hostil y sólo faltaba ajustar unos «flecos» de la negociación. ¡Había que pagar!. ¿Pero cuánto?. Personalmente lo desconozco y supongo que tampoco les dieron factura. Así que las «tasas» por invasión, uso indebido de un aeropuerto, gestiones políticas, alojamiento, etc. ascendieron a un pico más que notable. Una vez pactado y pagado el «autorrescate» les facilitaron combustible para repostar, tambien a un módico precio que pagaron los viajeros, y les desearon un feliz viaje.

Afortunadamente la historia tuvo un final feliz y cuando llegaron a Mombasa de su peculiar safari, inmediatamente llamaron a la embajada, a la familia y a la compañía para tranquilidad de todo el mundo.

Os he contado esta terrible experiencia para todos, porque lamentablemente hay que asegurarse mucho antes de aventurarse en rutas alternativas en los viajes a países poco desarrollados. Cualquier cosa puede ocurrir incluso con compañías acreditadas y con experiencia en este tipo de rutas, como fué el caso. Excuso deciros que no piqueis con los miles de «cazaturistas» que abundan por esos lares ofreciendo sus servicios a un coste muy inferior a los oficiales. La picaresca no es sólo patrimonio español y esta aventura en otro caso ¿podría haber sido preparada por gente sin escrúpulos?.  En éste caso fué casual pero en otros…  

Acerca de Carlos

Expiloto de líneas Aéreas, aficionado a las artes: Pintura, Literatura, Música, Fotografía, con ganas de divulgar aquello que he vivido a lo largo de mi experiencia profesional y humana..

2 respuestas a “¡Mayday,Mayday!. Avión desaparecido.”

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