Antiguamente a los limpiabotas se les conocía como «limpias» por la voz que solían dar para llamar la atención de los posibles clientes. Ahora los limpias se interpretan como el mecanismo para eliminar el agua de lluvia de los parabrisas. Pero lo de esta imagen que me manda Angel no sé cómo llamarlo, y desde luego que limpiar mucho no debe limpiar.
A juzgar por cómo está el vidrio de “guarrillo”, el invento limpiar, lo que se dice limpiar, no limpia. Por eso hay una caja de kleenex preparada en el salpicadero 😉
Saludos.
Veo, veo… ¿Qué ves? A uno que le han robado el limpia, y para evitar que sin darse cuenta lo active lo ha protegido con un paño, para evitar rayar el cristal.
La inmensa mayoría de los fines de semana … Me lo dices antes y quedamos en pistas directamente!! Suelo abrir pistas a las 9. Un abrazo,
Diego: Siento no poder subir este fin de semana. Pero no lo descarto para otro. ¿Tú sueles subir a menudo?.
Carlos, amigo, buena reflexión. Me recuerda al sereno de cuando eramos críos, cuyo papel era abrirte el portal de tu casa cuándo a uno se le olvidaban las llaves!!
Oye, ¿Te animas este sábado a subir a Panticosa y nos reímos un rato? Bueno, un ‘minibloggellón blanco’. Ya me dirás.
Un abrazo,