El síndrome Solbes.

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(autor)

Estamos en una época que a todo lo normal se le acaba poniendo nombre. No digamos cuando algo se sale de lo habitual y entonces inventamos cuadros clínicos que recojan una serie de comportamientos «anómalos» y los hagamos motivo de estudio científico. (Al menos las revistas especialidadas tienen de qué hablar, los periódicos en general hablan de todo…).

Yo propongo desde aquí un nuevo síndrome al que he dado en denominar : Síndrome de Solbes.

Para darle un carácter más científico debo partir de las características que serían comunes a los afectados por él:

– Incapacidad de resolver problemas sobrevenidos por causa de la crisis.

– Hastío personal y consideración de que ya no tienes nada que aportar.

– Enfrentamiento personal con el resto del ejecutivo al que no se le quieren dar más Euros para justificar el gasto.

– Declaraciones contradictorias entre lo que se desea y lo que te permiten decir.

– Falta de toma de decisiones inadecuadas a ojos de la opinión pública (que por cierto suele estar manipulada).

– Envejecimiento prematuro por culpa de la responsabilidad asumida.

– Inmovilismo de ideas y aplicación de parámetros de análisis no adaptados al nuevo marco de necesidades.

– Tendencia a perpetuarse en el puesto a pesar de lo que está cayendo. (En otros casos se manifiesta el fenómeno contrario: querer irse cuanto antes y que otro apechuge con el marrón).

– Inclinación a la introspección y/o estados depresivos.

– Volubilidad en el carácter dependiendo de lo que te «toquen los cojones» unos y otros e imposibilidad de hablar claro con cualquiera.

– Irritabilidad, miedo, angustia, desazón, insomnio, ansiedad, enfado, …

TRATAMIENTO:

– El único tratamiento posible a este tipo de síndrome es el cese inmediato de sus actividades. Una vez asumido el trago, los afectados experimentan una mejoría notable en su vida. De manera casi automática desaparecen los síntomas. Su estado emocional general  experimenta un cambio en el que el optimismo y la sonrisa vuelven a ser protagonistas en su rostro.

El cerebro recupera las funciones normales que se esperaban de él y ya es capaz de producir nuevas sinpasis neuronales que le hacen ver otras opciones que antes no podía ni siquiera imaginar. Su conversación se hace distendida y amena aportando experiencia y sabiduría en todo lo que dice. Vuelve a recuperar el pulso normal de su vida y es capaz de salir incluso a cenar con los amigos.

NOTA de la redacción:

El Señor Solbes, como ex ministro de economía y como persona, me merece todo el respeto del mundo. No tengo ninguna animadversión hacia él, aunque como responsable de la vicepresidencia económica se encontrara con algo tan grave como esta crisis. Considero que fué la primera víctima política de ella y por tanto, su sacrificio personal le ha llevado a ser «expulsado» del Gobierno, posiblemente con mayor culpabilidad por parte de otros. Para mí ha demostrado una calidad humana por encima de la media, ha sido todo lo claro que puede ser un ministro a la hora de decir la verdad. O sea se ha visto obligado a «disfrazar la verdad» (témino correctamente político para definir mentir). Y al final ha sido «nominado» en el Reality de la política económica.

Le deseo todo lo mejor en su vida y ojalá diera por casualidad en este artículo y pudiera dejar su comentario. Sería un gran honor para mí decirle que mi humor ácido no va contra él, sino contra los sistemas férreos de cualquier organización económica en la que se supeditan siempre los intereses generales a los propios. Animo Don Pedro, y cuando quiera montamos una empresa donde poder desarrollar nuestros objetivos de manera humana y sobre todo generar empleo. Me parece usted un Buen Hombre, al que le han sacrificado como parte de un rito iniciático para calmar a los dioses paganos.

Acerca de Carlos

Expiloto de líneas Aéreas, aficionado a las artes: Pintura, Literatura, Música, Fotografía, con ganas de divulgar aquello que he vivido a lo largo de mi experiencia profesional y humana..

3 respuestas a “El síndrome Solbes.”

  1. Vito , tú mismo dices que la culpa no es del PSOE ni mucho menos de Solbes. Pero en diplomacia las cosas van despacio, en política no se puede decir toda la verdad y mucho menos expresar los sentimientos personales de manera sincera. Así que hay que seguir las enseñanzas de grandes figuras de la historia que han hecho de la conspiración todo un arte: Maquiavelo, Richelieu, Rasputín… Alas de Plomo aprendió algo de intrigas en su batallar diario, pero en vez de un diploma de aprovechamiento obtuvo un certificado de conciliación en un juzgado de Madrid…

  2. Un buen hombre no «disfraza la verdad» si no que combate la mentira y se revela contra la injusticia. Estamos en esta crisis porque gente sin escrúplos a «disfrazado la verdad» para enriquecerse, empobreciendo a la inmensa mayoría. Al Sr. Solbes le juzgamos por su desempeño profesional en una responsabilidad pública, de la que si no se sentía con confianza para llevarla a cabo nunca debió aceptar. Esta crisis no es culpa del PSOE, pero si que es su responsabilidad utilizar los recursos públicos para atenuarla y revertirla.
    Por último el Sr.Corbacho debería seguir el camino de Solbes, su disfraz ya nadie se lo cree.

  3. Pingback: ¿Qué será, será…? | Alas de Plomo

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