Mayday…

 

 

Hace tiempo que no he hablado del low cost (high risk), o lo que es lo mismo de Ryanair. Mis opiniones sobre su operación en vuelo están muy lejos de lo que considero una operación segura, pero no quiero generalizar, ni mucho menos comparar el hacer profesional de los trabajadores de una compañía u otra, porque sé que ellos hacen su trabajo de manera honesta y tienen la obligación de cumplir con él de acuerdo a las directrices de su propia empresa. Es ahí donde está el problema, y son ellos los que de verdad lo sufren a diario, sabiendo que tienen que asumir más riesgos de los necesarios y volando sin margen de maniobra en caso de «contingencias» que además están previstas.

Estaba acabando de cenar en una terraza de Madrid, cercana al área de aproximación de Barajas, cuando se produjo el reventón de la primera tormenta. Los manteles salieron volando, las gotas vinieron lanzadas como huyendo de la propia tormenta, y yo disfrutaba del panorama de los relámpagos y del chaparrón, bajo el porche de entrada, cuando ví un avión a baja altura y desplazado de la aproximación normal evitando la tormenta. En aquél momento sentí viejas emociones, y me imaginaba a esos pilotos con el radar buscando «huecos», navegando y solicitando a los amigos controladores una ayudita adicional para aterrizar cuanto antes. Me hubiera gustado estar ahí (en serio), pero con la certeza de que mi avión llevaba el combustible que yo habría planificado mucho antes, y con el «extra-fuel» discrecional que seguro me garantizaría mantenerme en el aire todo lo que fuera necesario…

Al día siguiente me enteré de cómo había ido la noche en Barajas. Lógicamente fué una noche más de perros, de las tantas como hay cuando las tormentas hacen su aparición, NADA NUEVO, pero al final siempre pagan el pato los mismos: los pilotos y los controladores. Es nuestro trabajo, claro, y ahí todos damos lo mejor tan sólo pensando en la SEGURIDAD, y tratando de que no haya ningún incidente grave. Y en eso hay que saber dar las GRACIAS de corazón a esas personas que están en el «fanal», inmersos en una pantalla cosida en ZIG ZAG y llena de remiendos multicolores a base de ecos de tormenta.

Los pilotos nos lo tomamos con seltz, y pensamos en una sola cosa ATERRIZAR cuanto antes y/o irnos al aeropuerto alternativo mientras podemos… olvidandonos de que el coste operativo aumente, y que el trastorno a los pasajeros sea el mal menor, porque nosotros sólo queremos que lleguen sanos y salvos, el resto ya no importa nada…

No le hago nunca la publicidad gratis a eta compañía, ni la suelo criticar por la forma de obtener subvenciones (políticas de las taifas CC.AA.), ni por haber montado un tinglado económico que no cotiza impuestos en España, mientras saca tajada de todos aquellos que se apretujan a empujones en uno de estos aviones donde el precio del pasaje es UNICAMENTE barato.

Nosotros repostamos en kilos (toneladas), y ese peso del propio combustible hace que se consuma más cantidad por el hecho de llevarlo. Pero cuando hay previsión de tormentas, cuando se operan aeropuertos en los que el espacio aéreo está siempre saturado, y siempre que alguna otra razón que considere el comandante le haga echar unos cuantos kilos de más para tener un margen mayor sobre el mínimo legal requerido, debería seguir siendo lo que era, una garantía más de seguridad.

Tras la tormenta que ví en Madrid hubo mucho más que relámpagos y lluvia, porque hubo tres EMERGENCIAS por corto de combustible, y todas ellas con aviones de esa compañía (me resisto siempre a nombrar RYANAIR).

Afortunadamente, la suerte de los ganadores estuvo de nuevo con Mr. O’Leary, y no se llegó a mayores. Pero en esa ruleta rusa a la que les hace jugar a sus tripulaciones puede saltar la bala del tambor. Y no sólo eso, sino que su beneficio lo paga el resto de compañías que están volando a la vez que estos pobres que van tiesos de queroseno. Estar en una secuencia de aproximación, haciendo esperas durante 15-20 minutos, ser el turno quince o veinte para aterrizar, y estar sometido a un tiempo extra de tensión en condiciones deplorables acaba agotando la paciencia de casi todos. Si en ese momento, porque un avión declara emergencia de combustible, se te incrementan otros diez minutos la broma, el ahorro de Ryanair se lo estás pagando con tu combustible. Eso, multiplicado por todos los aviones presente,s es un dineral que nunca más se recuperará, mientras él sigue OBLIGANDO  a los suyos a ir igual de tiesos día tras día, salto tras salto.

Que no haya habido ya un accidente por estas causas es casi lógico, ya que los controladores los llevarán en «palmitas» directos a aterrizar, mientras apartan al resto de aviones para que no estorben al pobrecito avión en peligro. Pero claro al controlador le crecen los enanos y si ya tenía su área (sector) al completo, no consigue aliviar de tráficos la aproximación, haciendo que todavía se incrementen las demoras ajenas. No tiene más remedio que velar también por la seguridad de todos. Si el Ryanair de turno decide ir al alternativo, pasará de aproximación a salidas, y antes o después dejará un hueco libre para otro…

Ya está bien de tolerancia con estas operaciones. El Ministerio de Fomento a través de AESA y de la DGAC debería de una vez por todas sancionar cada una de estas acciones que afectan tanto a la Seguridad como a los bolsillos ajenos. Si un avión de esta compañía «monta un pollo de estos», perjudicando a terceros, se evalúan los costes adicionales de la operación ajena y se les reclaman los perjuicios originados, amén de la sanción gubernativa correspondiente por imprudencia temeraria y haber hecho un uso abusivo de los medios que AENA ofrece con el servicio de Tránsito Aéreo, que no incluyen las tasas ordinarias.

Pero para eso hace falta que la Autoridad Aeronaútica española ejerza esa autoridad en algo mejor que en crucificar controladores, militarizar los centros de control, y sancionar a los pilotos (inspectores) que resultan molestos a los «corrutos»… y Pepiño todavía no ha pisado la cárcel, ni siquiera de visita… MAYDAY, MAYDAY

Acerca de Carlos

Expiloto de líneas Aéreas, aficionado a las artes: Pintura, Literatura, Música, Fotografía, con ganas de divulgar aquello que he vivido a lo largo de mi experiencia profesional y humana..

7 respuestas a “Mayday…”

  1. Pedro, yo no lo llamaría plagio, quizás inspiración. Todo lo que publico es público. Son opiniones personales, aderezadas con la experiencia profesional, que intentan formar a partir de la información.
    Digamos que la prensa «informa» y el blog «forma», hacemos un buen equipo… jeje

  2. Carlos, la prensa de hoy o de ayer (14/15 de agosto) … Juraría que te ha plagiado (el mundo comunidad valenciana o el Pais ídem sobre la noticia de los tres vuelos de ry desviados de Madrid a valencia) incluso usan el reclamo «mayday»

  3. A ver si algún día se cierra la AESA o se despide a quien quiera que sea su responsable. Para dedicarse a matar pilotos de trabajos aéreos los directivos de ciertas empresas no necesitan la ayuda de nadie.

    Si lo que quieren es ahorrar que nos ahorren inútiles. No conozco nada más caro.

  4. Vito, sin duda que a AENA habría que darle toda la caña de España. Pero no hay voluntad de ningún gobierno de los que han estado apoltronados… a ver si cambiamos algo, y mientras tanto os toca bailar con la más fea. 😉

  5. Quisiera que el pasajero conozca el deplorable servicio de AENA. En el año 91 volaba con avionetas en Tejas y Florida, sin radar meteorológico entre tormentas de mas de 40.000′ y ATC siempre nos dirigía para evitar las formaciones y llegar seguros a nuestro destino. Porqué en España en el año 2012 ATC sigue sugiriendo vectores directos a una tormenta o no toma acciones para dirigir el tráfico aéreo de forma preventiva para evitar los trastornos que comentas en el artículo?
    Obviamente la seguridad es cuestión de todos, pero también hay que exigirles a todos, sobre todo a AENA, que cobra de todos,y ofrece un servicio muy por detrás de otras administraciones aeronáuticas que aumentan los costes de todos los operadores.

  6. Emilio, los políticos sólo saben de «comprar» votos. Te pongo aeropuerto, te subvenciono una compañía que te lleve barato (porque yo le doy tu dinero en subvención), te hago ofertas de viaje, pero luego no vengas diciendo que te has quedado «tirado» en un destino que no era el tuyo, que no tienes derecho a reclamación y si has llegado sano debes considerar que es todo un éxito…
    Tienen la forma de sancionar, de inspeccionar, de retirar licencias, pero siguen alimentando al monstruo porque a ellos les pagan billete en Bussiness en compañías serias, y si van de viaje oficial, utilizan el avión de Estado y punto. 🙁

  7. Desgraciadamente los pasajeros no piensan, no pensamos, en los posibles peligros que corremos por volar en una compañía de bajo coste. Lo malo es que ante un mayday por falta de combustible, el resto de aviones que pueden aguantar en el aire tienen que cederle el puesto y asumir los costes que debería de pagar el que se ha saltado la fila de aterrizaje, también el controlador sudará la gota gorda, -aunque tenga aire acondicionado en la torre de control-, para conseguirle un hueco entre todos los aviones que estén esperando para aterrizar.
    Creo, aunque en realidad no tengo ni idea, que a estas compañías deberían de exigirle un mínimo de combustible sobrante, incluso con inspecciones cuando el avión ya ha aterrizado.

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